P¿Cómo es el espectáculo con el que llegan a València?

R Es nuestra tercera producción y en ella hay rock con flamenco sinfónico. Hay mucha energía, es muy divertido y pasan muchas cosas entre danza y música. Llegamos hace cinco días de Estados Unidos, de hacer más de 60 espectáculos, así que estamos encantados de estar cerca de casa.

P ¿Cómo definirían su estilo? ¿O prefieren huir de las etiquetas?

R Es muy complicado, pero no queremos huir de etiquetas. Llevamos 10 años, desde que empezamos, intentando encontrar una manera rápida de describirnos y aún no lo hemos conseguido. Se habla de fusión extrema pero todo lo que decimos genera más confusión. Al final dices: «¿qué demonios es esto?» (ríe), pero cuando ves el espectáculo lo entiendes porque tenemos nuestro estilo propio.

P ¿Cuándo supieron que habían nacido para bailar?

R Desde muy niños soñábamos con hacer algo los hermanos juntos: una orquesta, un circo, una película... No sabíamos qué, pero sabíamos que teníamos que hacer algo juntos. Al final, este espectáculo tiene algo de circo, ballet, música, cine,...

P El hecho de ser hermanos, ¿facilita o complica la relación laboral?

R Que seamos hermanos es básico. Lo que hemos hecho no lo habríamos hecho si no fuéramos hermanos. Es verdad que al ser familia hay unas rencillas o roces que no tendrías con otros compañeros, pero cuando las tienes te acercan más porque te afecta. El balance, en general, es muy positivo porque tenemos un sueño común y nos entendemos muy bien.

P ¿De dónde les llega la inspiración?

R De muchas fuentes. A mí me gusta empaparme de distintos estilos de arte. Recientemente, buscando inspiración para un nuevo proyecto he estado investigando sobre Dalí y de ahí surge una idea para una coreografía, música... Nos basamos en un abanico muy amplio. Desde Michael Jackson a Rostropóvich, Madonna...

P Habla de Dalí, ¿será surrealista el próximo proyecto de Vivancos?

R Siempre hay un toque surrealista en Los Vivancos (ríe).

P¿Se ven juntos a medio y largo plazo?

R No es fácil. Cada día es una aventura. El mundo de la danza y cultura no es fácil, ni tampoco mantener una compañía en gira y una empresa de hermanos. Pero surgen proyectos y estamos en un momento buenísimo.