Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Teatro

'En tierra', un poema épico entre la muerte y la maternidad

Isabelle Stoffel y Sigfrid Monleón llevan a escena un electrizante monólogo sobre la guerra en el s. XXI

Isabelle Stoffel y Sigfrid Monleón en el barrio del Mercat de València, donde el 27 de abril estrenarán su adaptación de «Grounded», de George Brant. fernando bustamante

Siete días a la semana, doce horas al día, la piloto de drones de combate sigue a su víctima y cuando quiere aprieta un botón y acaba con su vida. «Los que han manejado un dron en una guerra dicen que se sienten como un dios. Yo pensaba que lo decían de forma alegórica, pero después investigando he descubierto que es real: se sienten dioses de verdad».

Lo cuenta Isabelle Stoffel, la actriz y directora suiza que en «En tierra» -obra que codirige junto al valenciano Sigfrid Monleón y que se estrena el 27 de abril en el Teatre Rialto- da vida a uno de estos «dioses» que disponen a distancia de la vida de los demás. Pero en este caso, la diosa tiene algo de particular. Cuando acaba su jornada laboral deja de perseguir al enemigo desde 8.000 kilómetros de distancia y vuelve a su casa para acostar a su hija, cenar con su marido y llevar una vida familiar.

«En tierra» es la adaptación al español de «Grounded», un monólogo escrito por George Brant (premio Smitn de teatro político). Cuenta la historia de una piloto de combate anónima en la Fuerza Aérea de los Estados Unidos que, tras quedar embarazada, deja de volar y pasa a ser una «terrícola», una militar especializada en manejar drones desde un trailer climatizado situado en pleno desierto de Nevada.

«La obra tiene un componente totalmente esquizofrénico, de confusión de planos de realidad y de responsabilidad individual -explica Monleón-. El uso de estos aparatos ha hecho saltar por los aires muchas cosas, entre ellas las leyes de los conflictos internacionales, y por mucho que cumpla órdenes, la protagonista participa de esto».

Antes, Isabelle y Sigfrid habían trabajando juntos en «La rendición», obra que llevaron en 2013 al festival de Edimburgo. Allí, la actriz acudió al estreno de «Grounded» y, como tantos otros, quedó impactada. «Fue inmediato, sabía que ese papel era para mí. Vi que era posible comprenderla, pero no juzgarla. No es una mujer con dos personalidades que se combaten. Es una buena profesional e intenta cumplir con lo que le ordenan: perseguir a sus víctimas durante 10 días hasta que el comando le dice que dispare. Tiene que mantener vivo el odio al enemigo y después volver a su casa. De ahí viene la esquizofrenia. Son muertes reales pero ejecutadas desde una pantalla», explica.

A Stoffel, que además de codirigir y protagonizar se ha encargado de adaptar la obra de Brant, también le convenció que esta tratase un tema controvertido: las consecuencias de la maternidad en una profesional. «Si te pones a pensar cuántas películas has visto sobre la guerra, y cuántas sobre la maternidad, ves que hay un desequilibrio enorme. Pero más que una historia de guerra, esta es la historia de esta mujer, y eso es lo bonito. Creo que uno de sus aciertos es que conecta temas supuestamente opuestos. La guerra está tratada desde el punto de vista de una mujer que vive las consecuencias de un embarazo». «Es un poema épico contemporáneo en el que ella hace de Ulises, pero la perspectiva de género tiene una gran importancia», subraya Monleón.

Una de las particularidades de «En tierra» está en la manera en la que se desarrolla el monólogo. Stoffel recita en presente de indicativo, como a tiempo real. «Cuenta las cosas conforme le pasan, y eso le da al monólogo ese aspecto de thriller o de suspense vivencial», señala el director valenciano. «El espectador vive las cosas al mismo tiempo que ella y eso hace que sea un viaje y una experiencia muy intensa».

«Es como una metralleta, entre el rap y la poesía. Eso también hace de ella un poema épico», subraya Stoffel. Y a la manera de recitar sincopada de la protagonista se le ha añadido un uso especial del sonido creado por el músico Suso Saiz que casi convierte el monólogo en un mantra. «La interpretación de Isabelle, cómo encarna el texto, el ritmo de las palabras, producen imágenes. Así que con el sonido no queríamos ilustrar sino crear un entorno que haga referencia a este mundo ultratecnológico que nos aísla de las experiencias reales, crear ese envoltorio que nos permita sentir qué es estar dentro de ese contenedor desde el que ella maneja el dron», explica Monleón.

El contrapunto sonoro, como un reflejo a esa existencia entre dos polos de la protagonista, lo da una canción del grupo Tulsa que la conecta a una especie de arcano familiar. «Me encanta el mundo de Tulsa, su música, y no me lo pensé dos veces. Para mí tiene algo de despegado, de algo flotando? Es una canción infantil, pero al hacerlo Tulsa se convierte en algo más», afirma Stoffel.

Isabelle y Sigfrid estrenaron su adaptación en octubre en Avilés. En Broadway la interpretó la actriz Anne Hathaway, que también prepara una versión para el cine. «No es una obra de ideas y sentimientos, sino que está llena de imágenes, de acción, de personajes, está el antagonista, el desierto, su pasado de piloto, la 'fuerza g', el azul del cielo -concede Monleón-. Es una obra adaptable al cine. Otra cosa es que la intensidad que te da el teatro como espectador, donde has de completar las imágenes que te da en directo la obra, la pueda reproducir el cine».

Compartir el artículo

stats