El Institut Valencià d'Art Modern (IVAM) ha inaugurado este jueves la exposición 'A contratiempo. Medio siglo de artistas valencianas. 1929-1980', en la que reúne 240 obras de más de 40 artistas.

A la inauguración han asistido el presidente de la Generalitat, Ximo Puig; la vicepresidenta, Mónica Oltra; el president de las Corts, Enric Morera; el conseller de Cultura, Vicent Marzà y los consellers de Justicia, Gabriela Bravo, y de Transparencia, Manuel Alcaraz.

Han estado también presentes muchas de las artistas que participan en la muestra: Ángela García, Carmen Calvo, Soledad Sevilla, Rosa Torres, Victoria García, Monika Buch, Aurora Valero, Isabel Oliver, Ana Torralva...

También han respaldado a sus compañeras otros artistas, galeristas, diseñadores, el rector de la UPV, Francisco J. Mora o el vicerrector de Cultura, José Luis Cueto.

La muestra incluye obras de Juana Francés, Eva Mus, Jacinta Gil, Ana Peters, Carmen Calvo, Isabel Oliver, Ángela García Codoñer, Victoria Civera y Juan Uslé, Cecilia Bartolomé, José J. Bartolomé, María Montes, Josep Lluís Seguí, Monika Buch, Milagros Lambert, Rosa Torres, Soledad Sevilla, Ángeles Marco, Cristina Grau, Ana Torralva, Pepa García, Victoria García o María Dolores Casanova, procedentes de la Colección del IVAM, de otros museos y de coleccionistas privados.

El visitante que acuda al IVAM se encontrará con una exposición dividida en dos bloques. El primero de ellos reúne obras realizadas en la II República, durante la Guerra Civil y el exilio. La portada de la revista Blanco y Negro, encargada a Manuela Ballester en 1929, es el punto de partida del recorrido. Se muestran aquí, entre otras obras, publicaciones como carteles y revistas en las que la mujer es representada como una guerrillera, como medio de propaganda política, para pasar a otros estereotipos como el de la madre coraje que cuida de todos. La producción durante estos años y la acelerada salida de España de estas artistas hace que casi todo lo de este periodo se haya perdido y haya dejado huérfanas de genealogía a artistas posteriores, recordaron las comisarias.

El segundo bloque -el más extenso- abarca los años del franquismo y la transición. En él, la muestra abunda sobre el nuevo imaginario que las artistas valencianas construyen ante los estereotipos de la mujer, casi reducidos al de la sumisión o «mujer pecadora».

El recorrido continúa con aquellas obras de mujeres que impulsaron en los años 60 prácticas de resistencia antifranquista. «A contratiempo» no olvida tampoco aquella frase de «profesión, sus labores» para reivindicar, sin embargo, los trabajos de artesanía como tributo a las posibilidades creativas. La muestra concluye en 1980 con dos importantes acontecimientos: la participación de Carmen Calvo en una colección colectiva en el Guggenheim de Nueva York y el viaje de Soledad Sevilla a la Universidad de Harvard con una beca.