"1968: tiempo de rebelión". Así comienza Patricia Badenes ´Fronteras de papel. El Mayo francés en la España del 68´, un título que conmemora el 50 aniversario de un año clave del siglo XX, que también estuvo marcado por la Primavera de Praga, otro hito que Luis Zaragoza repasa en ´Las flores y los tanques´.

La editorial Cátedra publica estos libros sobre dos de los momentos históricos de 1968, un agitado año marcado también por la matanza militar contra estudiantes en la plaza de Tlatelolco de México DF, los movimientos de repulsa a la guerra de Vietnam o los magnicidios de Martin Luther King y Robert Kennedy.

Badenes traslada ese combativo clima del 68 a España, donde, a pesar del régimen franquista, las "fronteras de papel", es decir, la prensa, consiguieron que los acontecimientos que vivía la vecina y a la vez lejana Francia llegasen a España e influyeran en sus movimientos sociales y en el arte plástico.

"1968 fue el epicentro de un tiempo de rebelión en el que se pensaba que 'cambiar la vida' y ' transformar la sociedad' eran dos sueños más que posibles. Ahora, en estos tiempos de zozobra, nos preguntamos si esos sueños se cumplieron y si fue para peor", comienza Badenes su relato.

´Fronteras de papel. El Mayo francés en la España del 68´ analiza cómo las protestas galas entraron a España a través de la prensa, que en ese año estaba "un poco menos amordazada" que en los anteriores de la dictadura gracias a la Ley de Prensa e Imprenta impulsada por Manuel Fraga en 1966 y que, a pesar de sus limitaciones, había supuesto una bocanada de aire a la libertad de expresión.

Así, el Mayo francés se adentró en una España franquista y el "espíritu del 68" llegó al epicentro de la clase obrera y estudiantil. Icónico fue el concierto de Raimon en la Facultad de Ciencias Políticas y Económicas de Madrid el 18 de mayo, tras una jornada previa a la que asistieron destacados nombres del mundo de la cultura.

Las protestas estudiantiles fueron una de las grandes preocupaciones de Franco que, para prevenir un "Mayo español", puso en marcha el mecanismo de vigilancia "Organización Contrasubversiva Nacional" y decretó el estado de excepción en enero del 69.

Por otra parte, Luis Zaragoza analiza otro acontecimiento histórico que en 2018 celebra también sus bodas de oro, la Primavera de Praga. En ´Las flores y los tanques. Un regreso a la Primavera de Praga´ el autor repasa la resistencia de Checoslovaquia a la ocupación de la URSS en plena Guerra Fría.

"Pretendo explicar de forma global, sintética y con la perspectiva de las décadas transcurridas cómo se llegó a la liberación de la rígida ortodoxia estalinista en Checoslovaquia, qué peligros reales o imaginarios vieron en las reformas los demás miembros de la 'comunidad socialista' (...)", apunta el autor.

El proceso comenzó el 5 de enero de 1968 con la elección de Alexander Dubcek a la cabeza del Partido Comunista (KSC) y su sueño de un "socialismo con rostro humano" que despertó expectativas de una auténtica democracia en medio de un creciente malestar social.

La legalización de partidos políticos y sindicatos, la libertad de prensa o el derecho a la huelga conseguidos durante los siguientes meses conducían a Checoslovaquia a una nueva democracia aunque, medio año después, el sueño democrático fue reprimido por "Los Cinco", es decir, la Unión Soviética, Alemania Oriental, Bulgaria, Polonia y Hungría.

Más de 2.000 tanques y 200.000 soldados de los ejércitos de estos cinco países del Pacto de Varsovia invadieron Checoslovaquia en la noche del 20 al 21 de agosto de 1968. Dubeck pidió a la población no resistir con las armas a los invasores, pero los enfrentamientos en las calles se saldaron con más de 70 muertos y 700 heridos, y alrededor de 300.000 checoslovacos lograron emigrar a Occidente.

El espíritu del 68 siguió teniendo conatos en diversas partes del mundo y, aunque el deseo reformista se vio aplacado tanto en Francia como en Checoslovaquia, dos de sus grandes epicentros, sin duda fue un año que marcó un antes y un después en la historia.