La puesta en escena intimista y el romanticismo de los dos «triunfitos» españoles no resistió ante la enérgica puesta en escena de Netta, la representante israeliana, que resultó la triunfal ganadora de la 63.ª edición de Eurovisión, que se celebró anoche en Lisboa. Alfred y Amaia interpretaron la mejor versión de «Tu canción» hasta la fecha. Sin embargo, la valada elegida por el público español a través del «talent» de La 1, «Operación triunfo», no triunfó entre el público eurovisivo, que se vio encandilado por otros representantes que se llevaron un gran número de votos, como la chipriota Eleni Foureira o el austriaco Cesár Sampson. España quedó finalmente relegado en el puesto 23.

La actuación de Amaia y Alfred fue precisa aunque el final no fue como muchos habían imaginado. Las redes ardieron al comprobar que la cámara se alejaba justo antes de que acabara la balada. «¿Hubo beso?», se preguntaron todos ante los televisores. No, no lo hubo. La pareja tampoco protagonizó el beso final durante el ensayo general, lo que predijo que tampoco habría beso en la actuación en directo. Los dos se mostraron muy emocioandos durante los tres minutos de «Tu canción». Alfred, con los ojos llorosos, y Amaia, con una amplia sonrisa. Los nervios no hicieron mella en la pareja.

La de ayer fue una edición equilibrada en cuanto a estilos musicales. El house, el metal, el pop, el folklore y hasta la lírica tuvieron presencia en el festival, que este año contó con una nutrida presencia española entre el público, ya que fue segunda nacionalidad con más entradas compradas para esta edición del festival después de los portugueses. No faltaron los fallos técnicos ni tampoco los espontáneos. Reino Unido se vio obligado a repetir su actuación ante la interrupción de un espontáneo, Jimmy Jump, el mismo que subió al escenario durante la actuación de Daniel Diges en 2010. Fue una competición muy reñida a causa de la incursión del televoto.

«No soy un juguete». Ese fue el mensaje femeninista que lanzó la carismática representante israeliana Netta Barzilai , que arrasó con el espectáculo electrónico que desprendió el tema «Toy». La canción fue compuesta al albor del movimiento #MeToo que denuncia el acoso sexual y la violencia sexista contra las mujeres. Era la gran favorita de las encuestas desde que fuera elegida como representante de su país en el «talent show» «HaKokhav HaBa», desde donde reivindicó su aspecto físico con el siguiente mensaje: «Jamás voy a cambiar».