El decano de la Real Academia de Cultura Valenciana (RACV), Federico Martínez Roda, es un historiador contrastado. Aunque la proyección pública de la entidad que preside le ha hecho retrasar la publicación de su último estudio Ni gatopardos, ni suicidas. El cambio político de 1976, el año equidistante entre dos rebeliones (Saralejandria Ediciones).
El libro, un proyecto de investigación conjunto de la Complutense, la UNED, el CEU San Pablo de Madrid y la Universidad Católica, lo empezó en 2013 cuando era vicerrector del CEU en Madrid,y lo pensaba acabar en 2016. Con dos años de demora, el trabajo se centra en el curso clave de la Transición, el 1976, «el año equidistante», donde las Cortes franquistas debaten la Ley de Reforma Política.
El título responde al doble debate que protagoniza el paso de la dictadura a la democracia en España. «No hay el haraquiri famoso, porque los procuradores piensan que están transformando el Régimen; ni tampoco gatopardos, porque si hubo un cambio», explica Martínez Roda.
Ni gatopardos, ni suicidas pone la lupa, «después de analizar cajas de documentos de Presidencia del Gobierno» sobre si el Régimen franquista negoció con la oposición. «Hubo negociación», contesta el historiador, «porque en las cajas que he estudiado ponía ´Negociación con la oposición´».
En aquel momento, la oposición estaba organiza en torno a la «platajunta», «que pone siete condiciones, escritas por Enrique Barón, al Gobierno» para el referéndum del 15 de diciembre de 1976; «y las siete se cumplen». Por parte del Régimen negociaron Adolfo Suárez y Rodolfo Martín Villa, «y Fernando Abril Martorell con los sindicatos, aunque de esas reuniones no hay documentación».
La novedad del libro de Martínez Roda está en la disección del debate de noviembre de 1976, «donde los ministros y el entorno de Suárez hablaron con cada procurador, y tenían una ficha con la intención de voto de cada uno». Con el resultado mayoritario conocido a favor de la Reforma.
Entre las sorpresas encontradas, destaca «la de un procurador franquista que acaba en el PSUC, Fabián Estapé», igual que «ocho procuradores más se fueron al PSOE». Aunque la clave de todo está en «La sombra de Portugal», el título del primer capítulo, donde el «bunker» se aseguró que el Régimen no terminará en revolución, como en el país vecino.
Nuevo ciclo
En 2016, el año previsto para la publicación de Ni gatopardos, ni suicidas, se cumplían 40 años del cambio democrático, y los mismos del inicio de la Guerra Civil. «No soy un nostálgico de la Transición», sostiene el autor. Al tiempo que considera que «estamos en un cambio de ciclo, que empieza en el 76 y se agota en 2016», que se plasma en «la emergencia de nuevos partidos políticos», lo que lleva a Martínez Roda a la conclusión que «el esquema de la Transición se ha roto». Una ruptura, que en su opinión puede ser para mejorar.
Con todo, la Transición es un periodo muy valorado en España. Cita una encuesta del CIS de 2010 en la que se preguntaba si era motivo de orgullo, y el 76% contestó afirmativamente, el 16´1% negativamente y el 7,9% no sabe/no contesta.
«La siguiente generación no puede guardar una ´amarga memoria´ de lo que no vivió, por lo que es necesario que alcance un riguroso conocimiento de la Historia, y éste puede comenzar por el año 1976, al que se dedica principalmente este estudio», escribe Martínez Roda en el último párrafo del libro.
Ni gatopardos, ni suicida se presenta mañana en la sede la RACV (19.00 h) con la intervención del Vicerrector de la Universidad Católica, Ginés Marco Perles.
