La pintoresca localidad inglesa de Windsor se engalana para la esperada boda del príncipe Enrique y la estadounidense Meghan Markle de mañana, a la que finalmente no asistirá el padre de la novia tras múltiples especulaciones. El palacio de Kensington confirmó ayer que el padre de Meghan, el estadounidense Thomas Markle, de 73 años, no acompañará a su hija hasta el altar de la capilla de San Jorge porque necesita «concentrarse en su salud».

En los últimos días, los medios conjeturaron sobre la ausencia del progenitor en la boda en el castillo de Windsor, a las afueras de Londres, debido a que tenía una operación de corazón. Pero la ausencia del padre no ha minado el espíritu festivo que se respira en este pueblo, de 30.000 habitantes, donde ayer se realizó el ensayo general del desfile que seguirá a la ceremonia prevista para las 11 horas de mañana.

Además, los novios se han trasladado a la villa para tomar el té con la reina Isabel II, una reunión a la que estaba previsto que acudiese la madre de Meghan Markle, pero se desconoce si viajó con su hija y su futuro yerno, que sí fueron vistos a su llegada en un coche.

Se espera que hasta el lugar se trasladen alrededor de 120.000 personas. Todas ellas podrán hacerse con multitud de recuerdos que conmemoran el enlace y que se venden en las muchas tiendas de souvenirs que rodean el castillo, construido en el siglo XI y conocido como el refugio favorito de la reina Isabel II. Tazas, llaveros, cucharillas, posavasos, platos, bandejas, libretas, peluches, imanes, banderas, bolígrafos e incluso caretas de los miembros de la familia real se pueden adquirir en los alrededores del castillo.

Mientras algunos ciudadanos ya hacen noche junto a las vallas que impiden el acceso al recorrido que harán los novios, decorado con banderas británicas, 79 cadenas internacionales y más de 5.000 profesionales de los medios de comunicación están acreditados para cubrir el compromiso matrimonial del nieto de Isabel II.

La boda del sexto en la línea de sucesión al trono británico se celebrará ante 2.640 invitados aún con la incógnita de quién llevará al altar a Markle, aunque los medios apuntan a la posibilidad de que sea su madre, Doria Loyce Ragland, quien sustituya a su exmarido.

Sin dama de honor

Meghan Markle no tendrá dama de honor el gran día porque, según reveló, no quería tener que escoger entre una sola de sus amigas íntimas, ya que su única hermana, Samatha Markle, no ha sido invitada al enlace porque no mantiene relación con ella. Así, un grupo de niños y niñas desempeñarán la función de pajes y damas de honor, entre los que se espera se encuentren los hijos mayores de los duques de Cambridge, el príncipe Jorge y la princesa Carlota, de 4 y 3 años.

El padrino del príncipe Enrique será su hermano mayor, el príncipe Guillermo, de 35 años, tal y como Enrique lo fue de él el 29 de abril de 2011, cuando contrajo matrimonio con Catalina en la abadía de Westminster.