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Entrevista

Dani Alegret: "La de los 80 ha dejado de ser una década de la que avergonzarse musicalmente"

«La cultura de un país tiene buena salud cuando hay variedad. Iremos bien cuando haya canción del verano en catalán»

Els Amics de les Arts actuan el sábado en València. l-emv

El cuarteto catalán Els Amics de les Arts, integrado por Dani Alegret, Joan Enric Barceló, Eduard Costa y Ferran Piqué, estará este sábado a las 21.00 en Palau de la Música de València.

P Vuelven de concierto a València cuando no hace ni un año de su anterior actuación aquí...

R Sí. Y en el Palau de la Música hace ya tiempo, y más tiempo aún en el Teatre Principal, que hubo «sold out».

P ¿Por qué les gusta tanto tocar en los teatros valencianos?

R Fuera de Cataluña cuesta mucho encontrar un tipo de escenario como el del Liceu, del Palau de la Música o del Auditori de Girona, un tipo de escenario donde estamos muy cómodos, cuando bajamos de Cataluña nos cuesta más encontrar este tipo de salas. Por eso cuando nos dijeron que volvíamos al Palau de la Música nos pusimos muy contentos porque podemos llevar el espectáculo al 100 %, en cuestión de iluminación, de escenografía...

P ¿Les gusta más un auditorio que una sala de conciertos o un escenario al aire libre?

R También estamos muy a gusto en una sala, que es más de energía, de dejar a la gente con la lengua fuera porque ha bailado, ha cantado y no ha parado. Eso nos encanta, pero también reivindicamos nuestras canciones más tranquilas, o el tema de las luces, que es algo a lo que le damos mucha importancia igual que a la escenografía, y eso en las salas es más difícil de llevar.

P Pues las canciones de este su último disco les han salido muy de festival.

R Cuando parimos las canciones no pensamos demasiado en eso. Es cuando acabas y las oyes cuando dices «pues mira, este disco me ha salido más festivalero», por ejemplo. Y es cierto que este último disco tiene más canciones con gancho para que la gente las coree y pueda saltar y vibrar. Pero es algo sin intención, ha acabado pasando.

P El disco lleva ya un año en circulación ¿Qué tal le va?

R Estamos eufóricos. Ya intuíamos que iba a dar que hablar y que sorprendería. Pero el recibimiento ha sido extraordinario. Hoy la compañía nos ha dicho que entre las diez canciones nuestras más escuchadas en Spotify, hay cinco del nuevo disco. Y eso muy bestia, la gente quiere tanto las canciones nuevas como las antiguas.

P Cuando lo presentaron, dijeron que marcaba un cambio de ciclo. ¿Por qué?

R Han cambiado muchas. Para empezar, hemos cambiado de productor. Hemos empezado a trabajar con Tony Doogan, que es un fuera de serie como ha demostrado con Belle and Sebastian, con Teenage Fanclub, con Mogway€ Le engañamos, o le caímos bien o lo que fuera, pero nos dijo que le hacía ilusión trabajar con nosotros. Y ha sido una maravilla, nos ha cambiado nuestra forma de plantear el disco, la interacción entre las canciones, ver qué es lo mejor para cada canción€ Nos ha ayudado a querer al máximo cada una de las canciones y también nos ha sacado muchos miedos de encima.

P ¿Por qué eligieron a Doogan?

R Por muchas razones. Una de ellas es la versatilidad. Es un tío capaz de producir desde Belle and Sebastian, con esa mezcla de pop aparentemente sencillo pero que no lo es, hasta Mogway, con ese peso de las guitarras tan especiales€ Pero también es un tío que ha hecho bandas sonoras. Dos de las canciones están hechas con una orquesta y supo incorporarlas, mezclarlas, encontrar el equilibrio entre la parte sinfónica y la pop.

P ¿El evidente toque ochentero también es cosa de Doogan?

R Es cosa nuestra. Nos gustaba que tuviera ese color antiguo, porque hay que decir que los 80 ya son antiguos (ríe). Era un reto y Doogan nos ha ayudado a conseguirlo.

P ¿Los 80 han dejado de verse como una década de la que avergonzarse musicalmente?

R Totalmente. El sonido de los 80 se tiene que reivindicar. Ha pasado, por ejemplo, con la música de «Strangers Things», con esos sonidos de aquella época que nos pueden parecer cutres porque desde entonces se ha innovado mucho, pero tiene algo guapo, un recuerdo de lo que vivimos.

P En una de las canciones se definen ustedes mismos como «Banda de pseudopoetes», «canteu com hienes»... No parece que haya ahí mucho amor propio...

R Está hecho con toda la mala hostia que podemos. Es una letra irónica en la que queremos reírnos un poco de nosotros y de los grupos de música, que cuando nos paran por la calle a hacernos fotos parecemos divas. Es un poco una mofa de todo eso, y hemos cogido expresiones de críticas que hemos recibido en Twitter y Facebook. Así que también es una manera de reírnos de esa gente que aprovechando el anonimato se mete con nosotros.

P ¿Fuera de Cataluña se ve el hecho que cantar en catalán como un gesto político?

R Eso en concreto ha empeorado. Hace unos años era más fácil ir a tocar sin prejuicios. Ahora hay sitios que no nos han contratado porque cantamos en catalán. En cambio en València ha sido lo contrario y ahora tocamos más que antes.

P Aquí hace unos años que se vuelven a hacer canciones en valenciano sin mensaje político...

R Creo que es positivo. Un país, una lengua o una cultura tienen una buena salud cuando tienen variedad. El día en el que haya canciones del verano en catalán iremos bien. Lo que pasa es que se ha confundido el hecho de involucrarte en cuestiones sociales o políticas con ser un artista político. No hacemos canciones políticas, no sabemos, no nos ha salido una en trece años de trayectoria. Pero eso no se debe confundir con que no tengamos que implicarnos, no nos manifestemos o no demos nuestra opinión cuando hay injusticias, cuando pasan cosas como las que están pasando en Cataluña.

P En la Diada de 2017 cantaron con l´Orfeó «Lousiana, camp de cotó», una canción que cuenta la historia de un refugiado.

R Nunca la habíamos concebido como una canción reivindicativa, pero fue la gente del Omnium la que nos pidió hacerla, y nosotros encantados.

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