«Licenciado», número 122, de la ganadería de Alcurrucén, será recordado como uno de los mejores toros de este San Isidro. Una lámina. Colorado ojo de perdiz de capa, de 530 kilos, muy astifino y armónico de hechuras. Ese fue el animal que recibió una ovación de gala por su brava condición en el arrastre póstumo después de que El Juli realizara una gran faena.

Pablo Lozano, ganadero de Alcurrucén, afirma a Levante-EMV que «Licenciado» fue un toro «muy completo por su entrega, transmisión y recorrido en la muleta. Siguió los vuelos de los trastos hasta el final, mantuvo su ritmo y duró mucho en una muleta tan exigente como la de El Juli».

El criador asegura que «la fiesta necesita toros como ´Licenciado´ para que haya emoción, con casta y fiereza en su embestida, y no como algunos de los toros que han salido esta feria, mansos y con exceso de peso».

Este «Licenciado» cotizaba al alza en El Cortijillo, finca toledana donde pastan los pupilos de los Lozano: «Estaba reseñado para la Semana Grande de Bilbao pero mi hermano José Luis hizo que entrara en Las Ventas y no se equivocó porque el toro tenía unas hechuras muy buenas y en la plaza no nos defraudó», cuenta el ganadero.

Sobre la obra de El Juli, Pablo Lozano explica que «fue una lucha de poder a poder porque el toro demostró bravura y necesitaba un torero que no le dudara por las seis arrancadas seguidas que tenía. El Juli estuvo fenomenal, cada vez que exigía al toro, el animal respondía mejor».

«Dentro de la exigencia de Madrid, creo que el toro se mereció la vuelta al ruedo porque cumplió en el tercio de varas, a pesar de que los Núñez son fríos de salida, y en la muleta fue a más. La media estocada de El Juli frenó al presidente para sacar el pañuelo azul. En Sevilla le hubieran pedido el indulto porque su embestida se parecía a la de ´Orgullito´, de Garcigrande», argumenta Lozano.

El alcurrucén es hijo de «Chalán», número 96, uno de los padres de la ganadería que ya ha fallecido. La historia de los toros memorables de esta ganadería en Las Ventas es tan larga como importante. El año pasado lidió a «Barberillo», al que Ginés Marín cortó dos orejas, y a «Licenciado», hermano del toro de El Juli por parte de madre y padre que le tocó en suerte a Juan del Álamo: «El ´Licenciado´ de este año me gustó más porque tuvo una embestida más viva, más brava» concluye Pablo Lozano. El próximo 6 de junio, sus toros vuelven a Las Ventas en la Corrida de la Beneficencia con Ferrera, Perera y Ginés Marín en el cartel. La regularidad de Alcurrucén continúa en Madrid.