Quizá les resulte irónico tener que leer esta crónica en formato digital, pero así están los tiempos. Esta mañana la Rambleta ha reunido en su último "Matí" de la temporada a un librero, a un editor de libros y al impulsor de un festival de autoedición para hablar sobre el presente, futuro e, inevitablemente, algo del pasado del "libro de papel". Ante la pregunta inevitable de si tiene futuro el "libro de papel" formulada por el moderador del debate y periodista Alex Zahinos, la respuesta de Jaime Ortega, responsable de la librería Per(r)ucho ha sido bastante esclarecedora: "estamos en un apocalipsis cultural, pero tenemos la posibilidad de seguir viviendo de esto". Peor es nada.

"El libro electrónico no es la competencia del libro en papel. La competencia son otras formas de ocio como Netflix -ha añadido Alberto Haller -responsable de la editorial Barlin Libros-. El libro es una opción más dentro de un abanico muy amplio". "Como creadores tenemos la obligación de ser militantes del papel y luchar por la cultura libre y popular" para sobrevivir, ha concluido David Bander, miembro del colectivo que organiza el festival Tenderete dedicado a la autoedición.

Este festival celebra la próxima semana su decimosexta edición (la segunda de este año) en el Centre del Carme y se ha consolidado como una cita esencial para conocer el rumbo y los protagonistas del sector de la autoedición y sirve como escaparate y nexo de profesionales de todo el mundo. "Hay gente que hace cosas experimentales que no son vendibles, es el libro como elemento político", ha explicado Bander.

Hamburguesas, cervezas y talleres

Per(r)ucho es una librería que abrió en 2016 en el barrio del Carmen con una vocación de agitadora cultural. "Sus talleres, exposiciones y su máquina Riso -que alienta la autoedición- la convierten en un exponente entre los espacios que llenan la palabra librería de significado", explicaba la Rambleta en la presentación de su último "Matins de" de la temporada. Un proyecto "complicado", tal como ha reconocido Jaime Ortega "porque los libros se enfrentan a dificultades insalvables". "Por eso tenemos que intentar mezclar la venta de libros con otras cosas. Una puede ser vender también hamburguesas y cervezas, y otra la edición de libros propios, que es lo que hacemos nosotros".

Y es que, tal como ha contado Ortega, Per(r)rucho cuenta con su propio taller para sacar proyectos de la propio librería y de otros. "Nos encantaría ser únicamente libreros, pero hoy en día es algo un poco complejo y hay que ser realistas. Y dentro de ese límite que nos marca el ser realistas, arriesgamos lo que podemos".

Riesgo es sin duda lo que tomó Alberto Haller cuando el pasado año montó Barlin, editorial independiente especializada en "no ficción" y que ya ha publicado siete obras de autores locales (como la ilustradora Anna Penyas o el periodista Joan M. Oleaque) e internacionales, la última de ellas la "obra de culto" de Mark Mazower "Gobernar el mundo".

"La diferencia entre la autoedición y la edición comercial, como es nuestro caso, es la distribución -ha explicado Haller-. Nuestras tiradas son de entre 800 ejemplares y 1.500 y en alguno de los casos ya hemos hecho una segunda edición. Un modelo como el nuestro puede funcionar si se ocupa de cosas que las grandes editoriales externalizan, desde maquetar a empaquetar". "Los grandes grupos dominan el mercado llenándolo de centenares de novedades prescindibles", se quejó este joven editor.

Vendedores de enciclopedia en Ferrari

Alberto ha hablado el aprendizaje de su oficio en una editorial de Madrid y cómo el propietario recordaba aquellos tiempos "en los que los vendedores de enciclopedias iban en Ferrari". "En este sentido, mi perspectiva es la de haber empezado en 2017 y ahora cada vez se venden menos libros pero a quien le gusta leer en papel le gustará siempre, por eso creo que la situación actual se estabilizará".

Sobre el libro electrónico, el impulsor de Barlin apuntó a que no es el motivo del descenso de ventas de volúmenes en papel. "Los libreros tenemos un referente, que es Estados Unidos, donde siempre suelen ir unos años avanzados respecto a Europa. Allí el libro electrónico lleva más de un lustro estabilizado en el 10 por ciento de las ventas totales", ha afirmado, para añadir a continuación que en España el "boom" de los "kindle" fue puntual. "Fue el regalo estrella en la campaña de navidad de hace unos años y ahora el 65 % de los que se compraron están guardados en el armario".

En cuanto a la piratería, coinciden los tres en señalar que, en todo caso, es más problema para los libros electrónicos que para los de papel. "Hay que hacer cosas extrañas para combatir la piratería", ha proclamado David Bander.

Los "agitadores de papel" (en definición de los organizadores del debate) sí ven más peligrosa la competencia de Amazon, que "está creando un panorama cultural disparatado y del que la gente todavía no es consciente", según ha señalado el propietario de Per(r)ucho. A eso Jaime Ortega también añade el problema apuntado anteriormente por Haller al hablar del "amplio abanico cultural" en el que la lectura se ha convertido en una variante más. "Se está imponiendo una tendencia de vanalizar la cultura, y la lectura, que requiere un esfuerzo y mucho tiempo, no puede competir con el audiovisual, que es gratis o casi gratis y mucho más fácil de consumir".