Sebastián Castella fue el triunfador de la corrida celebrada ayer en Madrid al cortar las dos orejas al quinto ejemplar de la tarde. El diestro francés ofreció un recital de raza torera tras ser volteado feamente por el Garcigrande, que lo buscó con saña en el suelo.

El de Beziers, con la sola ayuda de una venda compresora que le sujetaba el maltrecho pie izquierdo, compuso una emotiva faena al enrazado ejemplar de Garcigrande. Una estocada, volcándose sobre el morrillo del animal, puso fin a la vida del buen toro de manera espectacular.

Tras finalizar la vuelta al ruedo, pasó por su propio pie a la enfermería de la plaza, donde fue atendido de un corte en el talón. Previamente, había pasaportado a un incierto toro de Domingo Hernández que hizo tercero, con el que no terminó de acoplarse. Tras liarse con la espada y escuchar dos avisos, su labor fue silenciada.

Enrique Ponce pechó de salida con un sobrero de Valdefresno que sustituyó al titular de Garcigrande al que apenas obligó. El cuarto, un toro complicado, puso a prueba la sabiduría del chivano. Destacó en una serie final de derechazos que fue aplaudida por el respetable. Jesús Enrique Colombo no tuvo suerte con el lote y su labor fue silenciada el día de su confirmación de alternativa.