Los dos acusados de vender una escultura falsa de Salvador Dalí declararon ayer en el juicio que es auténtica y que no estafaron al grupo de japonenses que la adquirió como recuerdo de la exposición de Okinawa de 1975 en la que se exhibió la obra como tributo a las víctimas de la Guerra Mundial.

En el juicio ante la sección 22ª de la Audiencia de Barcelona, declararon dos de los tres acusados inicialmente -ya que el propietario de la obra ha sido apartado de la causa debido a su estado de salud- y ambos afirmaron que la escultura del artista ampurdanés «Dios Solar emergiendo de las aguas de Okinawa» es auténtica.

El fiscal les acusa de un delito de estafa y por ello solicita un año y medio de prisión para cada uno, el pago de una multa de 2.800 euros, además de una indemnización para los afectados de 372.000 euros, que corresponde al precio que pagaron por la obra. Dalí creó esta escultura para rendir tributo a los fallecidos en el Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial y la presentó en la Exposición Oceánica Internacional de Okinawa en 1975.

En 2007, un grupo de personas japonesas vinculadas con el mundo del arte decidieron constituir el Comité Okinawa Dalí Project para adquirir esta obra, que para ellos tenía un significado especial, y exponerla permanentemente en Japón. El director del Comité contactó con uno de los acusados, también de origen japonés, para que mediaran en las negociaciones con el propietario de la obra, que es el imputado que tiene la causa archivada por su estado de salud.

Según afirma el fiscal, el mediador japonés, el propietario de la obra y el tercer acusado, un editor conocedor de la obra de Dalí, «urdieron un plan» para organizar una visita de los miembros del Comité al Palacio donde el propietario guardaba la escultura.