No están en lo alto del cartel sino en el vértice de la pirámide invertida de la jerarquía festivalera. Y eso que tienen un nombre tan imponente como L'Emperador. Vienen de Canals y fueron los segundos en tocar en el Festival de Les Arts (el primero fue el alcoyano Joe Pask) que dio comienzo ayer y que acabará hoy con las actuaciones de Mando Diao y Lori Meyers y con la tranquilidad para sus organizadores de haber agotado las 40.000 entradas antes de haber anunciado a todos los artistas participantes. En el imponente y desaforado recinto diseñado por Calatrava, canciones como «El nostre primer record del món» sonaron humildes pero seguras, como conscientes de que eran un pequeño pero importante paso para sus creadores.

«Para nosotros tocar aquí representa ante todo tener mucha difusión -explicaba horas antes del concierto Toni Requena, guitarra y voz de L'Emperador-. Nuestro nombre aparece en los carteles, en los comunicados y en las listas de Spotify, y eso siempre es bueno. Pero un festival es lo que es».

¿Y qué es un festival? «Para mucha gente es como una noche de fiesta diferente», explicaba Requena. Para Jorge Martí, de La Habitación Roja -el grupo que abrió a las 20.20 horas el escenario principal en el que después de ellos actuaron Carlos Sadness, Dorian y Crystal Fighters-, el de las Arts es una «reivindicación del pop nacional en un entorno y un enclave único». La de ayer fue la tercera vez que la banda de l'Eliana actuaba en este evento, y para ellos fue un concierto especial ya que era su primer recital en València desde que Martí sufriera en abril un tromboembolismo pulmonar que obligó a la banda a suspender su gira. «Vamos con ganas extras y bastantes nervios», reconocía poco antes de su actuación. «El hecho de que haya habido un sold out y que la gente siga pidiendo entradas significa que es un festival consolidado y que, como el FIB o el Primavera, han sabido fidelizar a su público», aseguraba Martí, quien también considera que entre la audiencia hay tanta gente que acude por afición musical que por deleite festivo.

«Lo bueno de los festivales es que accedes a mucha gente, aunque por lo general el público no tiene demasiadas ganas de descubrir cosas nuevas -señalaba por su parte Jorge Pérez, líder de los también valencianos Tórtel-. Hay algunos festivales en el que el público sí tiene otro perfil, pero la mayoría están abocados a lo social. El hecho de que se hayan vendido las entradas antes de saberse todo el cartel podemos achacarlo a que la gente confía mucho en los programadores, pero supongo que hay otras razones más de tipo extramusical».

Tortel actúa hoy a las 22.10 horas en el escenario Brugal. «Para grupos como nosotros, que no somos de muchísimos seguidores, las condiciones de un festival no suelen ser las mejores. Somos el cuadro que colocan en una exposición donde hay menos luz y en la pared más fea. Pero en este caso nos han dado un buen horario. Aquí es la primera vez que estamos, pero ya hemos tocado en el FIB, en el Sonorama, en el Vida, y cuando entras en este circuito poco a poco vas siendo más reconocido y logras mejores horarios».

Los también valencianos Navvier sí creen que su propuesta de rock anacrónico y electrónico casa bien con un festival como el de Les Arts, donde ayer actuaron justo cuando llegó la medianoche. «Nos encanta tocar en escenarios grandes porque le damos mucha importancia a la potencia de sonido y a las luces. Yo creo que vamos a gustar», aventuraba por la tarde Álvaro Monreal. «Tenemos muchas ganas de estar hoy aquí. Ayer recordábamos como hace 10 años nos saltamos el instituto para ir al MTV Winter y poder ver a Mando Diao.