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Aniversario

La forja de un héroe

El torero vasco fue estandarte de libertad e independencia taurinas

La forja de un héroe

Una moneda al aire como último recurso del que está acostumbrado a ganarse el pan con el sudor de su frente. Esa fue la apuesta de Iván Fandiño el 13 de mayo de 2014 ante el quinto de la tarde. Un silencio sepulcral se apoderó de Las Ventas cuando el de Orduña se perfiló para entrar a matar. Una vez cuadrado el toro, soltó la muleta y, a cuerpo limpio, se volcó sobre el morrillo del astado, enterrando la espada hasta la empuñadura por el hoyo de las agujas. El animal escupió al bravo torero, que rodó en el aire para caer a plomo sobre el duro albero. La plaza estalló unánime en una explosión de júbilo. El diestro se levantó impulsado por su orgullo y, apuntando con el índice al cielo de Madrid, proclamó su victoria. Una oreja de ley que, sumada a la que había cortado en el segundo, le abría de par en par su puerta grande más ansiada por primera y única vez en su carrera.

Cómo y por qué llegó a jugárselo todo a una sola carta tan solo puede entenderse por su afán incansable de ser torero, desde sus comienzos como «tapia» en las duras capeas guadalajareñas bajo el nombre de «Niño de la Antigua», hasta la desdichada cornada que nos lo arrebató de cuajo el 17 de junio de 2017 en Aire Sur L'Adour. Un chaval que cambió los frontones de su localidad natal de Orduña por el albero de las plazas para cumplir así su sueño de vestirse de luces. Néstor García, su «alter ego», se fijó en él y juntos anduvieron un camino sin atajos que les llevó a intentar poner boca abajo las carcomidas estructuras de la fiesta.

Se presentó en Madrid el 12 de septiembre de 2004 con el novillo «Risueño» de la ganadería de Navalrosal, al que cortó una oreja. Un año más tarde, el 25 de agosto de 2005, El Juli le dio la alternativa en Bilbao. El toro de la ceremonia se llamó «Risueño» y perteneció a la ganadería de El Ventorrillo. Su primera oreja en Madrid como matador de toros la cortó en 2010, año en el que inicia su particular ascensión hacia la cumbre del toreo. Al año siguiente logra cuatro trofeos en tres comparecencias en Las Ventas y en 2012 se consolida como torero de ferias gracias a sus triunfos de Valencia, Sevilla, Madrid y Pamplona. Gana la prestigiosa Oreja de Oro al diestro más destacado dicho año y el siguiente. Los triunfos se suceden durante 2014, pero el torero sufre el ninguneo del sistema, que lo considera un torero rebelde e incómodo.

Todo o nada

El 29 de marzo de 2015, el «León de Orduña» se encierra en solitario con seis toros de las ganaderías más duras en Las Ventas como respuesta al boicot que está sufriendo por parte de destacados empresarios y figuras del toreo. Su objetivo: darle la vuelta al sistema taurino como un calcetín y poner en valor la figura del torero independiente. La apuesta salió mal y sus enemigos no se lo perdonaron. El diestro nunca logró superar la decepción que supuso dicho fracaso y murió en la búsqueda del camino para volver a la cima.

El 17 de junio de 2017 el toro «Provechito» de Baltasar Ibán le infirió la cornada mortal en Aire Sur L'Adour que acabó con su vida y conmocionó al planeta taurino. Dos años antes -el 15 de mayo de 2015, mes y medio después de su truncada encerrona venteña y horas antes de volver a vestirse de luces para hacer de nuevo el paseíllo en la plaza de toros de Madrid- Fandiño escribió una carta a su familia, que llevó en su maleta hasta el día de su muerte. Su mujer la encontró meses después de su fallecimiento entre sus pertenencias: «Si estáis leyendo esto, todo habrá acabado». Los aficionados se resisten a que se cumpla la dura sentencia. El pasado 13 de mayo se inauguró un azulejo en la plaza de toros de Las Ventas que recuerda sus gestas en la monumental y la plaza de toros de Vista Alegre contará con una escultura del malogrado diestro para que su memoria perdure por siempre.

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