Decenas de personas vivieron ayer una catarsis colectiva en la explanada del IVAM. Tambores, disfraces, instrumentos... Todo estuvo a la disposición del público para despedir una exposición que ha marcado la historia reciente del centro de arte moderno. «Joan Miró, ordre i desordre», la muestra que repasa las facetas menos conocidas e indisciplinadas del pintor, finalizó ayer su estancia en València habiendo registrado miles de asistentes desde el pasado mes de febrero.
Los participantes del Projecte Ubú, el taller destinado a familias preparado ex profeso para la exposición, fueron los encargados de despedir la muestra en la explanada del museo. Tal como adelantó Levante-EMV a principios de febrero, el taller trataba de profundizar en el aspecto más teatral y performático de Miró, una de las facetas más desconocidas del pintor.
Desde febrero, los asistentes al taller han ido creando disfraces y escenografías que finalmente fueron presentadas al público ayer, a través de una cabalgata festiva por el barrio del Carme. Los 28 integrantes, 15 de ellos menores, lucieron sus creaciones por el barrio junto al grupo Amores Grup de Percussió que pusieron ritmo a la fiesta junto a los alumnos del Conservatorio Profesional de Música de Torrent y València. «Miró hizo sus trajes y sus personajes porque quería experimentar. En base a esa experimentación hemos ideado este cierre performático», explica Irene Llàcer, una de las responsables del taller.
La vertiente teatral
A lo largo de 16 sesiones, los participantes han tenido la oportunidad de conocer el aspecto teatral de Miró a través de la obra de Alfred Jarry, Ubu roi, y Mori el Merma, la obra para la que el pintor confeccionó la escenografía y los personajes. «Miró era plenamente consciente del momento en el que vivía y quiso reflejarlo en esta obra de teatro», asegura Llàcer, de la empresa Equip351 que presentó el proyecto al IVAM a través de un concurso público.
El taller debe su nombre a Ubú, personaje central del recorrido vital de Joan Miró, desde que conociera la obra de Alfred Jarry, «Ubu roi», texto escénico del teatro dadá. Alfred Jarry y Joan Miró compartieron elementos comunes, como el interés por lo popular, la forma más directa de surrealismo o la necesidad de romper con lo establecido. El personaje de Ubú simboliza la tiranía, la misma que le «condenó» al exilio. Miró quiso culminar su reflexión sobre este líder «malvado» en «Mori el Merma» junto a la compañía La Claca. La obra fue estrenada en 1978 con Joan Baixas y Teresa Calafell como directores de escena.
Miró hizo los decorados, las máscaras y los personajes extendiendo su universo plástico pero también su compromiso político. «Que el espectáculo sea la fiesta de la celebración de la muerte de Franco», aseguró el pintor, que quería evidenciar la «tiranía» sufrida por el pueblo español durante los años de dictadura.
Nuevos conceptos para niños
La obra cuenta con cuatro personajes singulares sobre los que han trabajado los participantes del Projecte Ubú: Merma, el villano inspirado en Franco; su mujer, en Carmen Polo; el Ministre Cap de Gos, inspirado en Carrero Blanco; y las máscaras mudas, que representan a un pueblo español atónito por el poder del dictador.
Los asistentes al taller visitaron durante estos meses la exposición del IVAM, con más de 200 piezas que recogen en el carácter rebelde del pintor, para después trasladarse a una sala con el objetivo de trabajar cada personaje. Los responsables del taller dedicaron cuatro semanas a cada uno de los protagonistas.
El taller, irremediablemente, ahondaba en aspectos simbólicos y políticos sobre la historia de España. Las palabras «dictador», «dictadura», «franquismo» o «censura» fueron apareciendo a lo largo de este taller familiar. «Miró estaba posicionado políticamente, por lo que hemos tenido que hablar sobre estos temas con los niños. A pesar de lo difícil que puede parecer comentar estos temas con adultos, con los niños ha sido muy fácil. A los tutores les daba pie a explicarles algunas que de otra manera no se hubiera dado la oportunidad», destaca Llàcer.
