La producción valenciana de «La cena de los idiotas» se despide en el Teatre Talia tras más de dos años de gira y más 35.000 espectadores que han acudido a ver la función tanto en la sala de la calle Caballeros como en alguno de sus bolos.

El elenco se reunió ayer en la sala de los Mosaicos de la Estación del Norte de València para hacer balance de estos más de dos años de trabajo en esta producción de Olympia Metropolitana. Los actores Josep Manel Casany, Ferran Gadea, Cristina García, Alfred Picó, Toni Misó y Rosana del Carpio estuvieron acompañados por el productor Enrique Fayos, quien recordó que esta obra suma otros ocho años en escena en su versión madrileña. Así, en total la han visto y reído 600.000 espectadores.

La versión valenciana regresa ahora al Teatre Talia después de su estreno en abril de 2016 y en esta ocasión estará en cartel hasta el próximo 22 de julio. Fayos señaló ayer que «quería que se despidiera por la puerta grande y en València» para añadir que tras los 10 años de exhibición tocaba «descansar», aunque no descartó la idea de volver a ponerla en pie.

Para Picó «ha sido un placer» volver «a juntarnos» y darle una despedida «como toca» a una obra que ha demostrado que «en València se puede hacer una comedia de tanto éxito y durante tanto tiempo en cartel».

Casany se sumó a estas palabras para decir que «en València es complicado estar tanto tiempo», por lo que se mostró orgulloso del éxito cosechado.

De la misma opinión es Del Carpio, quien añadió que «esta obra es un proyecto pionero, que demuestra que en València se puede hacer una obra de calidad, con artistas valencianos y estar tanto tiempo» en cartel. «El público ha respondido y la gente ha repetido», aseguró.

Según García, esta pieza «ha sido siempre un bomboncito y es un regalo volver a casa, al Talia, para disfrutarla de nuevo».

Mientras, Misó apuntó que «la obra sigue viva» y en ella seguirán haciendo «pequeñas aportaciones para seguir haciendo reír».

Por su parte, Gadea aseguró que hacer esta obra ha sido «un lujo», una obra en la que «se ha contado una historia y en la que todos los personajes tienen su recorrido», aseguró él que es uno de los principales protagonistas (el «idiota» invitado).

Según explicaron los actores, la traducción al valenciano del texto les permitió ser más «pícaros» con algunas licencias idiomáticas. Aún así aseguraron que, independientemente de si se representa en valenciano o castellano, como más cómodos se sienten es «con la sala llena».