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Entrevista

Kase.O: "La depresión sirvió para decirme 'no eres tan guay como la gente se piensa'"

«Una canción que apoya el terrorismo me duele, pero he sido joven y entiendo el estar de mala hostia y que la única arma que tengas sea un micro»

Kase.O: "La depresión sirvió para decirme 'no eres tan guay como la gente se piensa'"

Wikipedia dice que a Kase.O se le considera el mejor rapero en castellano. ¿Pesa el cargo?

El peso lo noté más cuando estaba haciendo el disco de «El Círculo». Ya no porque te consideren uno de los mejores sino porque esperan mucho nivel. No puedes bajar la guardia. Cada vez que haces una rima tienes que estar al nivel del mejor rapero. Por eso cuando hice el disco lo pasé fatal, ninguna rima me parecía a la altura.

Pues el disco ha recibido muy buenas críticas...

Sí, al final quedé muy contento pero en el proceso de grabación lo pasé mal. Me lo tuve que currar mucho, medir cada frase, hacer las canciones desde el corazón para que llegaran a la gente, sacar de mí cosas que no quería sacar? Cuando oigo a artistas que dicen que disfrutan haciendo sus discos, pienso que ese disco tiene que ser una puta mierda. Has de sufrir, no puedes estar tan seguro de ti mismo.

¿Cuánto influyó esa presión y ese miedo en la depresión que le machacó durante varios años?

Mucho. La gente estaba esperando mi disco en solitario desde el 95 y sentía que no todas las frases estaban en el nivel, que este no era el disco que esperaban mis fans. Había un fantasma en mí, susurrándome a diario: te van a criticar, no va a gustar? Al final no sabes gestionarlo y te vienes abajo. Pero es bueno porque te encuentras a ti mismo. De las depresiones normalmente sales más reforzado y feliz. Cuando terminé el disco pensé que había cumplido la misión del arte que es expresarse uno mismo y que mis fans supieran que no es tan fácil ser Kase.O.

En «Basureta», por ejemplo, se le oye llorar mientras rapea...

Tuve que escarbar mucho para que no fuera un disco superficial, sólo de flows y de mis técnicas y de mi polla y todo eso. «Basureta» son las notas de mi diario, donde está todo el proceso de la depresión, cómo la vas cagando y cómo cada vez estás más triste de estar triste. Cuando decidí que en esa y otras canciones iba a desnudarme, fue como los cristianos que se confiesan y se quitan un peso de encima.

¿Hay ahora menos distancia entre Kase.O y Javier Ibarra?

Claro, esa era la gran búsqueda, que pudiera defender las letras en persona delante de mi padre, de mi vecino o sobre un escenario. Si vas de tipo duro ni siquiera puedes sonreír, y ese desequilibrio quería solucionarlo aunque ablandara la imagen de Kase.O. Pero Kase.O es un ente idolatrado y fuera de control, y los meses de depresión e investigación fue para decir «eres Javier Ibarra y no eres tan guay como la gente se piensa». Ahora mis discos van a ser mucho más libres porque la gente ya sabe quién soy.

¿Se le ha pasado por la cabeza hacer un disco que no sea de rap?

Sí, claro, y en el disco hay algunas pinceladas. Esas son las cosas que me divierten. Llevo 20 años haciendo letras encima de ritmos clásicos, 90 BPM, pero cuando uno se sale de lo que viene haciendo es cuando se divierte. Podría hacer rock, reggae, soul aunque siempre voy a llevar a un rapero dentro.

Tras este viaje a la humildad, ¿entiende a los que se autoproclaman ídolos como C. Tangana?

Sí, hay que ponerse en el lugar de la persona que tienes en frente porque seguro que tiene una lucha igual que tú. En el caso de Tangana es una decisión difícil, se ha arriesgado, ha ido con todo, con toda la carne en el asador, ha tenido críticas y alabanzas y a él le compensa. Tiene la juventud y la arrogancia, que eso lo hemos tenido todos.

En el disco canta «La música de ahora es la peor de la historia» ¿Qué falla?

Me parece que no hay mucha creatividad, todo se parece a todo, ya no sabes lo que es pop, hip-hop, techno o lo que sea. La música es más fría porque todo es digital, números. Comparada con la de James Brown, Aretha Franklin, Queen o Led Zeppelin es una música menos creativa. Se ha quedado arrinconada frente a la imagen. Igual ya estoy viejo y están saliendo ahora discos increíbles y no lo sé ver, pero tengo la sensación de que sólo tienen dos canciones guapas y las otras están de relleno.

Estará viejo, pero sigue llenando los conciertos con gente joven y sus canciones tienen miles de reproducciones en internet...

Ser viejo tiene sus cosas buenas y sus cosas peores. Un disco como «El Círculo» no lo puede hacer un chavalín de 16 años, pero sí puede encontrar allí mucha información emocional y artística y se puede sentir representado.

Más de un expunk me ha dicho que la del hip-hop ha sido la última revolución en la música. ¿Se siente usted un revolucionario?

(Duda) No tanto, piensa que cuando empecé era una música muy marginal y sin público apenas. Sentía otras cosas, pero no que hacía la revolución. Después con los discos de Violadores sí vimos que estábamos poniendo el hip-hop muy alto, en repercusión y calidad.

Pero plantó una semilla. Pocos adolescentes empuñan hoy una guitarra eléctrica...

Totalmente. La gente joven de ahora se ha encontrado un hip-hop superaceptado y con niveles musicales y de letras muy avanzados. Cuando empecé lo que triunfaba era el rock, y ahora supongo que en los locales habrá alguno, pero en los institutos la mayoría de los chavales piensa en improvisar y rapear, no en tocar la guitarra como Nirvana. Eso en mis tiempos no se podía ni soñar.

En 2016 cantaba «Si manifestarse es un peligro, ¿qué ley nos protege de los políticos?». ¿Premonitorio?

Hice la canción por un colega que fue a una manifestación y le jodieron un ojo con una bola de goma. Así consiguen que la gente no se manifieste, que no se pueda salir a la calle y que expresarse sea un delito. La ley no nos protege de la corrupción, los ladrones salen sueltos o con penas muy pequeñas, mientras que por decir cuatro cosas en un tono alto te pueden meter en la cárcel.

En mayo montó en Zaragoza un acto de apoyo a Valtonyc. ¿Está de acuerdo con sus letras?

No lo hice porque apoye sus letras sino porque es injusto ir a la cárcel por una explosión de rabia. Una canción que apoya el terrorismo me duele en el oído y en otras cosas. Yo intento no ser tan visceral. Si eres artista tienes que afinar, decir las cosas igual de duras, pero sin violencia explícita. Pero he sido joven, y entiendo el estar de mala hostia y que la única arma que tengas sea un micro. Hasel, La Insurgencia y Valtonyc son cabezas de turco, los han usado para decir a los demás que no vayamos por ahí.

Antes se ha comparado con un cristiano confesándose, y en varias entrevistas le he leído hacer referencias a Dios. ¿Es usted una persona religiosa?

Yo diría que una persona espiritual en vez de religiosa. Sin religiones la gente creería más en Dios. De las religiones me quedo con lo bueno y no el miedo y el aborregamiento. Tengo mi relación con Dios o como le queramos llamar, conversaciones a diario desde que me levanto. Cuando estuve deprimido no paraba de rezar porque no había otra manera de salir. Creo en los ángeles y en cosas que no se ven, porque me ayudan a vivir, a dormir y a superar el día a día. Hay que compensar la balanza de tanta maldad, violencia, superficialidad y materialismo. Alguien tiene que hablar de espiritualidad e intento en mis canciones dejar pildoritas.

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