El Teatre Escalante afronta su tercera temporada sin sede fija. Tras el cierre en octubre de 2016 por daños estructurales del histórico edificio de la calle Landerer, el proyecto continúa siendo un «nómada», como lo definió en octubre de 2017 la diputada provincial de Teatres, Rosa Pérez Garijo. Entonces dijo también que trabajaban para encontrar una sede definitiva para la temporada 2018-19. Sin embargo, esto no será posible, como anunció ayer en la presentación de la nueva programación del Escalante. Esta continuará itinerante por espacios como el Teatro Martin i Soler del Palau de les Arts, la Sala Russafa, Carme Teatre, la Sala Matilde Salvador de la Universitat de València y el Teatre Rialto.
Pérez Garijo, en compañía ayer del director artístico del Escalante, Josep Policarpo, confirmó que para la próxima temporada «no tendremos sede estable» y volvió a señalar -como en otras ocasiones- a la delegación de Patrimonio como la única con competencias para encontrar un espacio definitivo para el Escalante. Aseguró que no han renunciado a encontrar una sede. «Lo que está claro es que no cortaremos nosotros la cinta, por lo menos en esta legislatura lo vemos difícil. Lo que sí que nos marcamos es blindar que el Escalante vaya a tener una sede estable, en lo que queda de legislatura blindarlo, independientemente de que tarde en ser posible tres, seis o siete meses después de la legislatura», aseguró.
Pérez avanzó que una de las opciones que se han planteado es la de levantar un teatro en uno de los tinglados del puerto, sin especificar cuál y sin querer dar más detalles del posible proyecto. «Es una de las opciones que se ha barajado», avanzó. «Nos parece una idea solvente y nos gustaría que se materializara». La idea sería construir allí el teatro, asumiendo el coste y obteniendo la cesión por «unos 30 años». «Hemos puesto sobre la mesa una propuesta y ahora Patrimonio tiene que evaluar la viabilidad de la propuesta. Todo depende de Patrimonio», dijo.
Tras estas palabras y sobre este proyecto, este diario se puso ayer en contacto con José Ruiz, diputado de Patrimonio. Al respecto, Ruiz explicó que acababa de reincorporarse tras un asunto de salud y que no tenía constancia del asunto.
Igualmente, desde el Consorcio Valencia 2007, entidad que gestiona La Marina, seguraron a Levante-EMV no tener constancia de ningún proyecto para edificar un teatro en alguno de los tinglados. Explicaron que levantar un edificio de esas características requeriría «mucha atención porque es una instalación muy seria». Destacaron, además, la dificultad de edificar un teatro en alguno de estos espacios por su «nivel de protección» ya que estos requieren una arquitectura diáfana que no oculte sus estructuras y que deje ver el edificio por lo que, en un principio, un teatro no parecería viable.
Tres producciones propias
En cuanto a la programación para la próxima temporada, Pérez Garijo y Policarpo destacaron su «apuesta» por las producciones propias y por la internacionalización. La producción con sello propio más costosa es «Yolo», de Lucas Escobedo, un canto a la vida a través del circo. «El circo está viviendo una transformación. Tenemos muchos profesionales valencianos que no encuentran el apoyo necesario. Lucas Escobedo es uno de los valores más sólido del nuevo circo valenciano y él será el responsable de dirigir esta nueva producción», dijo Policarpo.
Las otras dos producciones propias de la temporada se adscriben a dos géneros poco frecuentes sobre las tablas para público infantil, la ciencia ficción y el thallite. Dacsa Produccions estrenará «Anna i la màquina del temps», una historia de aventuras donde el uso de proyecciones hará casi real el viaje al futuro de la protagonista. «La ciencia ficción conecta muy bien con el imaginario infantil y crea mucha expectación. Además, jugamos con la ciencia, un ejercicio siempre conveniente para los más pequeños», dijo el director del Escalante.
Por su parte, Crit Companyia de Teatre reivindica la historia de uno de los más importantes poetas europeos en «L'increïble assassinat d'Ausiàs March». «La formación tenía muy claro que había que plantear un formato de espectáculo que acercara el poeta valenciano a nuestros jóvenes. Han propuesto la fórmula del thriller musical». «Será una gran sorpresa para grandes y niños», sostuvo Policarpo.
En los próximos meses habrá además propuestas de Italia, Bélgica, Países Bajos y Portugal con la voluntad de abrir fronteras y materializar el intercambio con países europeos. Para el director, «los valencianos hemos sufrido cierta endogamia en las artes escénicas y hacía falta romper esa tendencia».
El Escalante vuelve a programar este año el ciclo de memoria histórica con cuatro espectáculos de calado social dirigidos al público adulto, todos ellos programados en Sala Matilde Salvador: «La vida inventada de Godofredo Villa», de la Medusa (6 de noviembre); «La Sección», una obra sobre mujeres, escrita, dirigida e interpretada por mujeres (7 de noviembre); «Flores de España», de la compañía Los Sueños de Fausto (8 de noviembre), y el monólogo «Amor oscuro (sonetos)», de Viridiana Centro de Producción Teatral, que recoge la historia de la ocultación y de la sustracción de los últimos poemas de Federico García Lorca.
En Navidad volverán «Les aventures de T. Sawyer», obra de La Teta Calva estrenada por el Escalante en 2017. El ciclo Nadal a l'Escalante contará también con la propuesta «Amelia. Que no te corten las alas», que parte de la historia de Amelia Earhart, la primera mujer piloto que cruzó el Atlántico en un avión, un espectáculo de La Teta Calva para Marea Danza donde el baile flamenco y la dramaturgia contemporánea se fusionan. Continuará la compañía malagueña El Espejo Negro con la propuesta que le valió el premio Feten 2016 al mejor espectáculo de gran formato, «Óscar, el niño dormido», y, por último, habrá una pieza interactiva para bebés: «Little Night juega con la noche», de Imaginart.
