La restauración del Pórtico de la Gloria -con el mecenazgo de la Fundación Barrié y enmarcada en el Programa Catedral de Santiago- ha sido para la coordinadora de los trabajos y restauradora del Instituto del Patrimonio Cultural de España del Ministerio de Educación, Ana Laborde Marqueze, un sueño cumplido.

-¿Cómo se ha sentido a cargo de la restauración de la 'joya' del patrimonio gallego?

-Es el sueño de cualquier restaurador de arte: es una joya. Ahora va a ser difícil abordar el siguiente proyecto... (Risas) Ha sido una oportunidad fantástica por la obra en sí, que es única y excepcional; por su calidad, y porque sigue siendo moderna e innovadora. Esa calidad y excelencia que tiene la percibes, te la transmite cada día que estás allí. La Fundación Barrié y la Catedral nos han permitido investigar sin prisa y han respetado los tiempos; una situación que tampoco es la habitual, así como el presupuesto para la investigación. Hemos formado un equipo muy cohesionado de más de cien personas, profesionales de excepción implicados en el proyecto.

-Abrieron diferentes frentes de investigación. ¿Están todos ya concluidos?

-Hubo que estudiarlo desde el punto de vista biológico, químico, físico, geológico... Aunque el trabajo de restauración acaba aquí, al Pórtico hay que cuidarlo y mimarlo. El personal de la Catedral estará ahí permanentemente controlando e irá aspirando los depósitos de polvo, revisando las zonas en las que se han aplicado tratamientos y el control ambiental del entorno...

-La existencia de varias policromías superpuestas, según descubrieron, ¿ha dificultado el trabajo de restauración?

-Un equipo especialista ha hecho el estudio de la policromía partiendo de los estudios previos (con técnicas no invasivas, como la fluorescencia de rayos X y la espectroscopía infrarroja) y se ha procedido a la toma de micromuestras para su análisis con cromatografía, difracción de Rayos X y espectroscopía Raman. Luego revisaron cada una de las esculturas con microscopio, capa a capa de pintura. Aunque se han identificado tres policromados generales: uno medieval, otro del siglo XVI y otro del siglo XVII, hay más intervenciones parciales. Luego, con toda la documentación elaborada, empezamos a intervenir con la limpieza.

-¿Cuál ha sido la causa del avanzado deterioro en el que estaban las pinturas?

-Llevaban deterioradas mucho tiempo, por el abandono y falta de mantenimiento de la cubierta de la catedral. Entraba agua y había cristales rotos en el exterior. Se habían hecho algunas reparaciones parciales, pero en los últimos años recibía muchísimas visitas. El deterioro es una suma de factores.

-¿Cuál de las tres policromías existentes es la que ha quedado a la vista, si no han tenido que añadir nada de color?

-Mayoritariamente es la del siglo XVII, porque de la primera policromía medieval apenas se conservan restos: algunos azules. En la limpieza se han retirado los depósitos superficiales (biológicos, esporas, contaminantes...) Ha sido muy difícil porque se desprendían partículas al hacerlo. Normalmente no se añade color nunca si no es estrictamente necesario y aquí la calidad era tan buena que no ha habido discusión.

-Hay detalles, como las piedras en la aureola, que antes pasaban inadvertidas.

-Antes era una piedra gris, oscura... en la que no se apreciaba nada. Nosotros allí, cada día descubríamos un detalle nuevo. La riqueza de atributos es impresionante.

-¿Cómo han hecho la limpieza?

- Es la primera vez que se utilizan sistemas gelificados a base de nanopartículas para la limpieza de la piedra policromada y equipos láser. También se emplearon equipos de precisión como los microaspiradores, agujas de succión y micronebulizadores.