Los jardines de los viveros fueron testigos ayer de la magia y sentimiento de Maria Rosa Garcia Garcia, más conocida como «Niña Pastori». La artista gaditana deleitó con sus canciones a un público entregado desde que esta pisara el escenario. Durante las dos horas y media de actuación, Niña Pastori interpretó los temas de su último álbum «Bajo tus alas» -el décimo de su carrera-, además de algunas otras canciones que la artista quiso interpretar y que forman parte de su amplia discografía.

Hace tiempo que se colgó el cartel de «no hay entradas». Con unos jardines abarrotados, la cantante hizo acto de presencia y se desató la locura. El estruendo provocado por la ovación que le brindó el público sobrepasó el vallado de Viveros.

Tal y como reconocía la artista gaditana en recientes entrevistas, este es un disco donde quería «pasarlo bien». Y vaya si lo hizo. Durante toda la actuación se pudo ver a una artista entregada y con una permanente sonrisa en la boca, excepto en aquellos temas donde el sentimiento y la emoción la invadieron. En esos momentos se pudo ver a una Pastori algo más seria que cerraba los ojos, demostrando una pasión en cada estrofa al alcance de muy pocas y muy pocos. No en vano es la única artista de flamenco en haber estado nominada a los Grammy como Mejor Álbum Pop Latino por «Raíz».

La suya es una música que combina el flamenco con algunas de las nuevas tendencias musicales, sin perder por ello la pureza de su voz. Ayer lo volvió a demostrar con temas como «La habitación» o «Desde la azotea».

Manuel Carrasco, Vanesa Martín y Pablo Alborán son los artistas que han colaborado en este nuevo disco.

Lágrimas y mucha emoción

Por su parte, los asistentes de ayer congregados en Viveros, sentían esa energía. «Pocas artistas te llegan como lo hace aquí la Pastori» comentaban dos espectadoras ubicadas en la primera fila. Ya sea por sus canciones o por la emoción de estar a pocos metros de la cantante, muchos dejaron caer alguna que otra lágrima. Otros, simplemente se dedicaban a corear cada uno de sus temas. Lo hacían sin equivocarse en la letra y casi sin trabarse, como aquel que memoriza y repite el padrenuestro.

El concierto iba tocando a su fín, y cuando lo hizo, el grito de «otra, otra» fue unánime. De esta forma Pastori complació la petición de su público, que inmediatamente vitoreó a la artista.

Ya al comienzo del concierto, Pastori había agradecido al público su presencia a pesar de las altas temperaturas y una vez acabado este, volvió a reiterar ese agradecimiento devolviendo el cariño mostrado a sus fans.

De esta forma, el duende de la artista pasó por València y las expectativas que había generado la cantante quedaron cubiertas.