Hoy comienza en Benicàssim la XXIV edición del FIB. La organización espera reunir a unos 40.000 espectadores diarios con Travis Scott, The Killers, Pet Shop Boys y Liam Gallagher como cabezas de cartel y principales reclamos. El FIB, veterano e infatigable superviviente, apuesta este año por la clase media y la letra pequeña, donde abundan las buenas y agradables sorpresas. Una de ellas abrirá la programación poco antes de las siete de la tarde. Se llama Nadia Sheikh y es de la casa.

Cuando era demasiado pequeña para acudir al festival, Nadia Sheikh le pedía a su padre que la llevara con el coche por la carretera nacional, junto al recinto, para respirar desde cerca el ambiente del FIB. Sheikh es de l´Alcora, su padre inglés de origen indio y su madre de Bicorp, València. La suya es una historia de precocidad. A los 12 años empezó a tocar la guitarra, a los 13 a dar sus primeros conciertos, y pronto a componer y grabar, aún adolescente, tras pasar por diferentes concursos de talentos. Nadia Sheikh enseguida se hizo habitual en los conciertos de Castelló. Pronto también aquello se le quedó pequeño.

Durante el FIB de 2015, con apenas 18 años, Nadia Sheikh firmó en este diario una serie de artículos de opinión sobre el festival. Decía que ir al FIB era «como ir a la escuela», por el aprendizaje, y aseguraba con insolencia juvenil que «algún día» estaría tocando en esos escenarios. «Lo pensé siempre», dice ahora, que está «cumpliendo un sueño». «Fui al primer FIB con 16 años y el primer día ya me dije ´yo tocaré aquí´ en algún momento».

La trayectoria de Sheikh empieza en lo común y deriva hacia lo excepcional. Lo común son los recuerdos de las canciones que su abuela cantaba en la cocina. Las películas musicales, Grease y The Beatles en vena. También la influencia de su tío Hernán, que es músico. Lo excepcional también empieza pronto. Con 16 años ganó una beca para un curso de verano en la universidad de Stanford. «Eran todos músicos muy buenos. Aquella experiencia me abrió los ojos: no había nada que me gustara tanto como la música y para ser buena de verdad había que trabajar mucho».

La formación

Por eso, cuando acabó el instituto, se marchó a Londres para estudiar música en la universidad. Se licenció y ahora domina piano, guitarra y batería. Compone y canta, y ha formado su propia banda. Con ella la cantautora Nadia ha cuajado un envoltorio rock para sus melodías. «El sonido tiene más cuerpo, está centrado». En agosto entran en el estudio para grabar un disco. Antes llega el premio del FIB. El año pasado tocó en una fiesta de presentación. Gustó tanto a Melvin Benn, el director, que este año da el salto al recinto grande.

Allí espera ver el domingo a Liam Gallagher, uno de sus ídolos. Antes, el FIB comienza hoy reivindicando la profundidad del cartel, que esconde tesoros a poco que se remueve la arena. El FIB Club que abre Nadia Sheikh, por ejemplo, abunda en matices propios. El indie de los valencianos Pollock, la fuerza de los novísimos madrileños Carolina Durante, una de las bandas del momento, y su duelo de guitarras con los bilbaínos Vulk, articulan la península.

El escenario principal lo abre la estadounidense Carolina Rose, de personalidad arrolladora. La actividad en el Escenario Las Palmas alternará en un péndulo, del hip hop (J Hus y Travis Scott) a las guitarras (Nothing But Thieves y Two Door Cinema Club) Cerrará la valenciana Ley DJ, una de las pinchadiscos más fiables que se encuentran.

En el segundo escenario mandará Izal, la apuesta para seguir creciendo en público nacional, con el permiso de la voz de la británica Jessie Ware. El FIB al fin y al cabo es un ejercicio de equilibrio constante. El del propio cartel entre jóvenes y veteranos, sónidos clásicos y ocasiones del momento, entre lo de casa y lo foráneo. La organización espera alrededor de cuarenta mil espectadores diarios, algo menos que el año pasado, cuando los californianos Red Hot Chili Peppers ejercieron de efectivo y multitudinario gancho. La mitad del público asistente es extranjero. De esa mitad, el 80 % es británico.

Las novedades

El Festival Internacional de Benicàssim abre hoy el calendario de macrofestivales en la provincia de Castelló. Le seguirá, durante la primera semana de agosto, el Arenal Sound, centrado en el público nacional y adolescente. El calendario lo cierra el Rototom Sunsplash, mediado el mes que viene, dedicado a la cultura reggae y sus caminos colaterales.

El FIB presenta este año diferentes novedades. Cruz Roja gestionará tres puntos violetas contra las agresiones sexistas, tanto en el recinto como en la zona de acampada. El festival recaudará asimismo donativas para la ONG Save the Children e impulsa, junto al Villarreal CF, un partido benéfico con la participación de diferentes artistas. Anoche celebró además su tradicional Cita con la danza.