Primero hacía demasiado calor. Luego el cansancio atacó muy pronto. Pero de repente.

De repente el sol cae tras la montaña y se levanta una brisa del todo idónea, y te acercas al South Beach y hay dos tíos sobre el escenario, uno con una túnica imposible y el pelo verde, al bajo, y otro tan normal que te recuerda a tu primo, con la guitarra cantando sobre unas bases pregrabadas canciones ligeras de rítmica como hawaiana, y la gente no es mucha pero sí suficiente, y los fibers bailan felices y libres porque creen que no los conoce nadie, y los que los conocen ya saben cómo son, y todo junto es una mezcla de la verbena en tu pueblo de la orquesta Palancia y la escena de La vida de Adèle cuando bailan al atardecer esa canción de Lykke Li, en el jardín, y de repente todo encaja en la vida de alguna manera, que parece tener hasta sentido, tanto que piensas que la humanidad quizá podría salvarse, y cuando el grupo empieza a cansar y todas las canciones parecen la misma, se despiden y se van, salvando la captura de la alegría efímera, y a otra cosa.

El FIB es muchas cosas, pero en esencia sigue siendo eso.

La XXIV edición del Festival Internacional de Benicàssim alcanzó anoche el ecuador con The Killers clavando los cánones que se exigen a un cabeza de cartel en un festival multitudinario. Los estadounidenses elevaron las pulsaciones, coronando la escalada de la programación del escenario principal, que comenzó con la australiana Juanita Stein, y siguió con la británica Anna Calvi, los galeses Catfish and the Bottlemen y los ingleses The Vaccines.

Los escenarios adyacentes mostraron un día más la profundidad de la clase media de la actual edición. Júlia, Tulsa, Desert, Cuchillo de Fuego, Rural Zombies y La Plata brillaron a ramalazos entre la camada nacional, que esperaba pasada la medianoche el turno de C. Tangana y Perro. La propuesta gamberra de Sleaford Mods contrastó con la cadencia elegante de Bob Moses. The Charlatans a su vez demostraron que envejecer con dignidad es posible.

Ese es el reto hoy para Pet Shop Boys, leyendas del pop, el baile y la electrónica, que regresan a Benicàssim catorce años después de su anterior visita. Los ingleses son el principal reclamo de la jornada sabatina, la penúltima, pero no los únicos. El FIB espera hoy a alrededor de 40.000 espectadores, que buscarán una excusa cualquiera para ser felices. La puede encontrar en las actuaciones de The Kooks, The Horrors, Belle & Sebastian, Giggs y Los Punsetes, entre otras.