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Literatura

Una brújula para orientar las lecturas del verano

Otras recomendaciones. Otros títulos. Otros temas. Todo sirve para fomentar la lectura, en temporada estival y en cualquier época

Una brújula para orientar las lecturas del verano

Estos días de descanso (para los más afortunados) pueden servir para reencontrarse con una de las asignaturas pendientes para la mayoría de españoles: la lectura. Aquí, algunas propuestas.

Testamento literario, conciso

y monumental, de Bonnefoy

El poeta Yves Bonnefoy abandonó este mundo en 2016, a los 93 años, dejando tras de sí una obra que apabulla por su calidad y por su diversidad. Bonnefoy fue poeta, pero también compuso ensayos sobre Rimbaud, Baudelaire, Goya, Miró o Giacometti, de igual modo que dirigió un diccionario sobre mitologías y religiones antiguas. Ya en sus últimos compases, dio a las prensas esta concisa autobiografía que es más un testamento literario que un compendio memorialístico. La propia génesis del volumen brota en parte de la prosa y en parte del verso, lo que a menudo lo lleva a desplegarse apoyado en mecanismos deudores de una lógica simbólica que se activa por resonancia. El resultado es pura sabiduría basada en la intuición de que «solo la experiencia del tiempo vivido puede devolverle su vida a la palabra».

«La bufanda roja».

Sexto Piso, 180 páginas, 19,90 ?

Cuando el maestro Reed

le dio un repaso a la esclavitud

El bicentenario de la independencia de EE UU se cumplió a los tres años de que el guerrillero de la literatura afroamericana, Ishmael Reed (1938), erigiese ese monumento emancipatorio que es Mumbo Jumbo (1973). Y Reed lo celebró escribiendo Vuelo a Canadá, su peculiar novela sobre la esclavitud. Si en Mumbo Jumbo una extraña fiebre, se apoderaba de todo bicho viviente y lo ponía a bailar, ahora la epidemia es una psicopatía que despierta en los esclavos ansias de libertad. Reed, persuadido de que la emancipación negra jamás llegará de discursos fundidos en moldes blancos, le da un repaso a La cabaña del tío Tom y al mismísimo Lincoln, a la vez que mezcla ayer, hoy y mañana con un descaro que divierte (mucho) y agita conciencias (más).

«Vuelo a Canadá».

La Fuga, 214 páginas. 19,50 ?

La sutil energía del joven

que iba a escribir «Jules et Jim»

Truffaut llevó al cine Jules et Jim (1962) y Dos inglesas y el amor (1971) cuando Henri-Pierre Roché, el autor de las novelas que inspiran esas cintas, llevaba ya años ausente. Para cuando Roché (1879-1959) dio esos dos textos, en 1953 y 1956, él mismo ya había dejado atrás una vida de plenitud como marchante y coleccionista. Este Jules que ahora llega a las librerías es una joyita compuesta por seis piezas breves, editadas en revistas de principios del siglo XX. Tomen la del viejo jugador que espía bailes de esqueletos o la del hombre que tenía pavor a los materiales sólidos y se asombrarán de ver cuánta sutileza y energía pueden albergar unas líneas.

«Jules».

Errata Naturae, 88 páginas, 9 ?

Un mes de vacaciones con

mirada de muy largo recorrido

Teresa Pàmies (1919-2012) tuvo una larguísima vida, marcada por la guerra civil, el exilio, el regreso y la militancia política. Estuvo casada con Gregorio López Raimundo, secretario general del PSUC entre 1965 y 1981. Empezó a publicar pasada ya la cincuentena y se reveló de pluma fértil, pues alumbró más de una treintena de obras. Vacaciones aragonesas vio la luz en catalán en 1979 y condensa en 250 páginas un mes de estancia en el Alto Aragón. Es un libro de viajes, repleto de observaciones sobre Ordesa, Panticosa, San Juan de la Peña o Jaca. Pero es mucho más, porque la mirada de Pàmies sobre gentes y conflictos es afilada.

«Vacaciones aragonesas».

Xordica, 256 páginas, 18,95 ?

Esperando el fin encerrados

en una estación espacial

Si se dice que la tercera novela de Lidia Yuknavitch es una obra de ciencia-ficción con poderosas vetas feministas, ecologistas, pacifistas y mitológicas no se miente. Pero se achica un tanto. El libro de Joan también es un desenfreno sin rastro de piedad hacia un lector asaeteado por la trastienda intelectual de una autora que se convirtió en esponja antes de salir de la cuna. Yuknavitch es una sabia que interroga sobre los vectores más inquietantes del mundo y lo hace proyectándolos sobre un futuro próximo y catastrófico. El resultado es tan extraño como una estación espacial de pesadilla, poblada por supervivientes de una Tierra destruida que aguardan la llegada de Joan, una nueva Juana de Arco cuya historia está siendo escrita por alguien en su propio cuerpo.

«El libro de Joan».

Alpha Decay, 320 páginas, 23,90 ?

Rita Indiana y el vacío

de las revoluciones esfumadas

Que Rita Indiana (Santo Domingo, 1977) tiene un oído privilegiado para captarle los sones a las hablas es bien sabido desde que Periférica publicó Papi (2011). Luego vinieron Nombres y animales (2013) y La mucama de Omicunlé (2015). Lo que parece interesarle es hibridar las tradiciones literarias que la nutren con los sarpullidos que le levantan las sociedades americanas y verter esa masa en moldes donde se yerguen personajes a los que no cabe sino adoptar con gusto. Hecho en Saturno nos regala a Argenis Luna, un yonqui dominicano trasladado a Cuba para desintoxicarse, quien, entre otras cosas, será el hilo matricial para recorrer el convulso vacío que deja la ruina del sueño revolucionario.

«Hecho en Saturno».

Periférica, 208 páginas, 17 euros

Faulkner a cuatro voces

en cimas muy abruptas

Absalón fue un hijo del rey David inmortalizado por rebelarse contra su padre. ¡Absalón, Absalón! (1936) es la cuarta de grandísimas novelas de Faulkner. Sirviéndose de cuatro puntos de vista y en largos periodos, el Nobel reconstruye la historia de una rica familia, de plantación y esclavos, hecha trizas por la Guerra Civil. O la distorsiona y la tensa hasta que el lector tira la toalla o el más curtido trinca el motorcillo rítmico del lenguaje y comienza a gozar y a preguntarse hasta dónde puede llegar. Historia de amor, racismo, venganza y honor, ¡Absalón, Absalón! es también una indagación sobre la posibilidad de conocer unos hechos por aproximaciones parciales. La traducción de Martínez-Lage, y su brillante posfacio, vieron la luz en 2008 en una pequeña editorial y ahora regresan como tentación al alcance de la mano.

«¡Absalón, Absalón!»

Navona, 640 páginas, 34 ?

El detective Campion olfatea

el barrio más extravagante

Si no le suena el nombre del detective británico Albert Campion, sepa que es el protagonista de una veintena de entregas que, desde finales de los años 20 a la década de 1960, salieron de la pluma de Margery Allingham (1904-1966), una de las grandes damas de la narrativa policíaca inglesa. Es un excéntrico aristócrata, orgulloso de un supuesto parentesco con los Windsor y ayudado por un sirviente cuyo pasado de ladrón lo vuelve poco proclive a miramientos. Quienes hayan trabado contacto con Campion en El signo del miedo (Impedimenta, 2016) estarán interesados en saber que Más trabajo para el enterrador (1948) fue el decimotercer volumen de la serie. Han pasado unos cuantos años y el Campion va a viajar a la India para hacerse cargo del gobierno de una isla. Pero, en un excéntrico barrio londinense ha sido envenenada una rica heredera.

«Más trabajo para el enterrador». Impedimenta, 336 páginas,

22,50 ?

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