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Séptimo arte

El cine oculto de José Segrelles

La Filmoteca restaurará las 28 cintas donadas a la Academia de Bellas Artes por los herederos del pintor de Albaida

El cine oculto de José Segrelles

Pintor, ilustrador, cartelista y también cineasta. La obra artística de José Segrelles (Albaida, 1885-1969) fue ingente. Triunfó en Estados Unidos y publicó en el The New York Times o Cosmopolitan y trabajó para la Ford, donde impresionó a los diseñadores del gigante de la automoción.

Conocida su faceta como pintor e ilustrador, su etapa como cineasta está por descubrir, gracias al empeño del presidente de la Academia de Bellas Artes, Manuel Muñoz Ibáñez. La institución recibió en donación a finales del siglo pasado una caja con casi treinta películas. Uno de los herederos, José Pont Segrelles, contactó con la Academia donde el pintor comenzó su formación, para que se hiciera cargo de la producción fílmica de Segrelles.

Gracias al reciente traslado de las instancias de la Academia en el conjunto de Sant Pius V, Muñoz Ibáñez dio con la caja de Segrelles, que contiene unas 28 cintas, algunas en buen estado y otras no, pero perfectamente ordenadas y cada una con su título.

En seguida se puso en contacto con los responsables de la Filmoteca, y tras una primera inspección por parte de los restauradores, las dos entidades destacaron el valor del material. Así que han firmado un acuerdo de comodato, por el que la Filmoteca se hará cargo de la restauración de las películas y su posterior uso, mientras que la Academia de Bellas Artes seguirá siendo la propietaria de las cintas.

La restauración del cine inédito de Segrelles forma parte del impulso que Muñoz Ibáñez pretende dar a la fotografía y al cine artístico en la Academia. Ahí se engloba la elección del fotoperiodista José Aleixandre como académico.

Innovador

Segrelles fue un avanzado a su tiempo. Sus primeras pinturas fantásticas demostraran una postnotas imaginación, y un gran dominio de los efectos cromáticos. Su paso por Barcelona fue clave para el aprendizaje de las nuevas técnicas del siglo XX.

En su trabajo en el estudio fotográfico «Napoleón» de la capital catalana, en los años veinte del siglo pasado, se especializó en los efectos especiales de las películas mudas que empezaban a proyectarse.

Aquellos trucos cinematográficos iniciales consistían en crear imágenes superpuestas en el mismo tiro de cámara donde se proyecta la película. Segrelles ya había demostrado sus dotes de ilustrador fantástico en éxitos literarios de la época como El último mohicano o El hombre de la máscara de hierro.

Falta saber si en algunas de las cintas que restaurará la Filmoteca hay algún ejemplo de aquellas técnicas de cine fantástico o son grabaciones particulares de Segrelles como se puede observar con lupa en algunos de los fotogramas.

Lo que sí está claro es que el artista de Albaida poseía una de las primeras cámaras de grabación de imágenes, una afición que nunca abandonó, incluso cuando se enclaustró en Albaida tras su exitoso periplo estadounidense.

Una supuesta neutralidad mal entendida durante la Guerra Civil y su posterior especialización en obras religiosas durante la dictadura, han postergado a Segrelles en la historia del arte valenciano. Pero eso, es otra historia.

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