¿El cambio electoral en 2015 se ha notado para la música en valenciano?

A nivel comercial se ha abierto una ventana y se respira algo mejor, pero no sé si a nivel de derechos laborales o sociales estamos mejor. Como pasa con la naranja, los intermediarios son los que sacan un provecho más grande y los labradores apenas sacamos para el abono para el campo.

¿Y a nivel artístico?

Tenemos una situación muy buena. Hay muchos grupos y muchos solistas muy buenos que tocan muchos estilos diferentes, con una pluralidad increíble. Pero nos encontramos muchas veces escenarios donde se repiten las mismas formaciones, y eso es porque le supone unos beneficios a las empresas pero no a los músicos. No tenemos un marco como trabajadores. El reto es la transformación, consolidar los cambios. La música, como la cultura en general, tiene la capacidad para producir cambios políticos. Aquí se ha demostrado.

«Estels de tela», su primer disco, ha cumplido 18 años. ¿Cómo ve su carrera ahora que ya es mayor de edad?

He tenido una «chamba» total. Estaba en casa con 15 años y hacía canciones porque me gustaba la poesía y un día cayó en mis manos una guitarra. De pronto un día estaba cantando para unos amigos, de ahí unos conciertos, y en unos meses estaba en un estudio, grabando una maqueta y haciendo de músico para pagarme la carrera de Filología. Poco a poco he ido cambiando, he encontrado la voz, siempre probando y siempre jugando. Tardo mucho en sacar discos y eso es una voluntad propia porque tengo un respeto muy grande a las canciones. Se han de publicar cuando están bien vestidas, cuando ellas y no tú lo necesitan. El objetivo es tener una vida digna con eso, que todos trabajemos menos para que puedan trabajar todos y no convertirnos en un tapón para otras generaciones.

Ahora vuelve al estudio a preparar un nuevo disco...

Ya toca. Han pasado cosas muy graves que me han dejado parado ante una hoja en blanco, entre otras que hay una persecución a las ideas y la expresión, o esta forma en la que hemos convertido el Mediterráneo en un cementerio.