La Mostra Internacional de MIM de Sueca se ha propuesto demostrar este año que el movimiento también habla. El festival desplegará del 19 al 23 de septiembre todos los lenguajes gestuales y corporales posibles para atraer a un espectador fiel a esta muestra.

Este año se ofrecerán 25 espectáculos que arrancarán con una clase magistral de Yves Marc, fundador en 1975 de la compañía Théâtre du Mouvement y referente europeo del mimo contemporáneo.

Veintinueve años de intenso trabajo que han convertido al MIM en uno de los festivales más importantes de Europa en su especialidad. «El movimiento que habla» es el lema escogido para este año. La Mostra mezclará distintas disciplinas en busca de nuevas formas de expresión.

«Este año hacemos una apuesta contundente por la danza que llena de emociones a los espectadores», precisó ayer el director del MIM, Joan Santacreu durante la presentación del festival. «A veces atribuimos el gesto o el mimo a la expresión de la cara y en esta edición queremos mostrar como los cuerpos se ponen en movimiento para contarnos diferentes historias, trasladarnos a universos desconocidos e inéditos, próximos o cercanos».

Trabajos que abordan temas candentes, como el de los refugiados y las fronteras, que el Colectivo Glovo volcará en «Mapas»; el papel del patriarcado en nuestra sociedad, en el que ahondará Escandal Teatral en «XX»; la explotación laboral, temática del espectáculo musical de circo contemporáneo «Lurrak», de la compañía vasca con el mismo nombre, o el amor entre personas del mismo sexo, hilo conductor de «Poyo Rojo», de la compañía argentina con el mismo nombre, una impactante fusión de danza, acrobacias y clow.

Tampoco faltarán los espectáculos que ya han sumado el favor del público y la crítica. La compañía vasca Ertza plantea en «Meeting Point» -premio Max 2018 al mejor espectáculo de calle- las contradicciones humanas y sociales

Maduixa Teatre

Las complejas relaciones humanas articulan también el montaje de malabarismos de la compañía inglesa Gandini Juggling: «Smashed». Por su lado, la galardonada Maduixa Teatre -tres premios Max- presenta su «Look at me, working progress», que invita a nueve espectadores a mirarse a los ojos unos a los otros y adentrarse en el interior de la otra persona más allá de su aspecto físico.

La solidaridad y tolerancia son los valores que Comediants La Baldufa realza en «Cirque déjà vu». Arte, participación social e inserción laboral definen a los sevillanos Danza Mobile -premio Max de carácter social- que llega al MIM con su último montaje, «En vano», reconocido con el Premio Lorca al mejor espectáculo, mejor bailarín y mejor coreografía.

Otra de las propuestas, entre otras muchas, que ponen su foco de atención en temas de actualidad, como por ejemplo las libertades individuales, es «Alba», que la compañía Téâtre du mouvement estrenará en el MIM. Una adaptación libre de la obra La casa de Bernarda Alba de Lorca hecha de cuerpos, gestos y movimientos. También se verá una reflexión en clave de danza sobre el ego y el adoctrinamiento social es lo que baila Mou Dansa en La Siesta.

Joan Santacreu agradeció el apoyo económico de las instituciones, «vitales para mantener el festival», pero matizó que, «al ser un proyecto ambicioso con ganas de seguir creciendo, las ayudas están muy limitadas y hay que hacer mucho "Tetris" para hacer todo aquello que queremos con el presupuesto con el que contamos».