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Los coleccionistas ponen sus ojos en la creación callejera

La plataforma «Art price» tilda de «entusiasta» el interés de los compradores por artistas como Banksy u Okuda

Los coleccionistas y marchantes de arte hace años que se sienten atraídos por el arte urbano, representado por artistas tan populares como Bansky. Es lo que sale a relucir del último informe anual de «Art price», la plataforma que emite de manera periódica las tendencias y cifras que componen el mercado del arte. La entidad define como «entusiasta» la compra-venta de arte urbano en la actualidad y resalta la facilidad con la que los artistas de este tipo de obras se han adaptado al mercado del arte, ya que son muy prolíficos y han sabido difundir su trabajo hasta llegar a los ojos de los más refinados coleccionistas.

«Art price» señala a Banksy como el iniciador de este fenómeno, sobre todo a partir de 2013, cuando su obra comenzó a ser «secuestrada» de los muros de ciudades como Berlín o Londres. Era la primera vez que el público atrapaba la obra para descontextualizarla de su hábitat natural, la calle. Ocurrió con la obra Slave Labour, que representa a un menor asiático fabricando banderas de Reino Unido.

«El entusiasmo por el arte urbano se debe en gran parte tanto a Basquiat como a Banksy, cuya hipermediatización abrió una brecha hace 10 años. El fenómeno Banksy permitió que el arte urbano adquiriese popularidad y se impusiese como uno de los nuevos segmentos rentables del mercado, incluso aunque, tras un loco ascenso del precio de sus obras (dos de ellas con adjudicaciones millonarias en 2008), la corrección fuese dura y se devaluase en gran medida. Aunque la ´Banksymania´ se ha desinflado considerablemente en las salas (la recaudación anual se ha reducido a la mitad tras el pico de 2008), el artista sigue siendo mediático. Difunde masivamente su obra mediante numerosas impresiones asequibles por pocos cientos de dólares, velando por que el arte se mantenga popular», asegura la plataforma francesa en su informe de 2017.

Casas de subastas y museos

A pesar de mostrarse reticentes al principio del fenómeno, las casas de subastas más importantes del mundo -Sotheby´s, Christie´s o Bonhams- han incorporado esta corriente dentro de sus catálogos. La primera en celebrar una subasta dedicada al arte urbano fue la londinense Bloomsbury Auctions en 2007 con obra de Banksy. Otras como Artnet, ya en 2009, presentaron una subasta especial online que englobaba trabajos desde 1972 hasta la actualidad, compuesta por un conjunto de 175 obras correspondientes a 60 artistas, incluyendo Banksy, Jean-Michel Basquiat, CRASH o Keith Haring.

En España, la primera subasta de arte urbano fue en 2014, de la mano de la Plataforma de Arte Contemporáneo (PAC) y Beyond Arting en Madrid. Entre los artistas cuya obra se vendía en la subasta se encontraba Okuda San Miguel, el artista cántabro que diseñó la Falla municipal este año y a quien el Centre del Carmen dedicó una retrospectiva.

Los museos no son ajenos a este fenómeno. Uno de los primeros que abrió la veda fue el Tate Modern de Londres, que decidió apostar en 2006 por el arte urbano a través de su fachada. Contó por aquel entonces con seis artistas, entre ellos, el catalán Sixeart. Una de las instituciones españolas que más ha mostrado su compromiso con este tipo de intervenciones ha sido -precisamente- el Institut Valencià d´Art Modern (IVAM). Su director, José Miguel G. Cortés, ha promovido la intervención de artistas cercanos al arte urbano tanto en la fachada del museo como en el Pati Obert. De hecho, en este espacio trasero todavía permanecen los dibujos de Escif dedicados a la lucha vecinal del barrio de El Carme.

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