Joan Manuel Serrat emocionó ayer y se llevó de viaje a su público más fiel, aquel que no quiso perderse la visita del artista al Palau de les Arts con su espectáculo «Mediterráneo da capo». En él, Serrat desplegó las velas de su saber hacer y los temas más personales para navegar con su célebre disco Mediterráneo, de 1971, como el eje alrededor del cual giró este concierto en el que el cantautor catalán se hace a la mar, casi medio siglo después.

En la travesía, que repite hoy, Serrat repasó la decena de canciones de aquel álbum fundamental que ha traspasado la memoria y hoy forma parte de la banda sonora vital de no pocas generaciones.Un disco es el que recogía joyas como «Lucía» o la mítica «Mediterráneo».

La anécdota tuvo lugar cuando Serrat tuvo que interrumpir su actuación por los reproches de varias personas, que le recriminaban que no hablara en castellano. Serrat respondió que había costado «mucha cárcel y cunetas poder hablar nuestro idioma» e invitó a los que protestaban a abandonar la sala. Tres personas se marcharon entre el enfado evidente del público.