El Premio Nacional de Músicas Actuales 2018, que concede anualmente el Ministerio de Cultura y está dotado con 30.000 euros, ha recaído en una «encantadísima» Christina Rosenvinge que «nunca» pensó que este reconocimiento pudiese ser para ella, una artista que se ha movido «siempre en los márgenes».

«Jamás escogí el camino fácil», dijo ayer la compositora, intérprete, actriz y presentadora tras conocer el fallo del jurado, que precisamente destaca, entre otros asuntos, «el proceso de búsqueda de una personalidad musical propia» en sus más de 35 años de trayectoria, en los que ha practicado el punk, el pop, el rock y la música indie.

Esquiva ha sido hasta para coger la llamada que había de comunicarle la noticia, reconoció, ocupada como está en la redacción de un libro que publicará en mayo, tras dos años de trabajo de recopilación de diarios y ensayos sobre el proceso de cómo hacer versos para la música y las diferencias con otros planteamientos de escritura. Precisamente el jurado ha destacado de ella «el potencial emocional de su obra», su faceta compositiva, sus actuaciones en directo, así como «la credibilidad de su genuina carrera profesional, rasgos que encuentran una clara expresión en sus más recientes trabajos».

Hija de padre danés y madre inglesa, Rosenvinge (Madrid, 1964) comenzó su andadura profesional en la banda Ella y los Neumáticos, durante La Movida madrileña, donde conoció a su compañero Álex de la Nuez, con el que grabaría dos discos como Álex y Cristina antes de separarse a principios de los 90, alcanzada ya la fama.