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Entrevista

Diego Urdiales Hernández: "La puerta grande de Las Ventas ha sido el resumen de mi vida"

El torero riojano adelanta que «la empresa de València tiene la intención de que esté en la Feria de Fallas»

Diego Urdiales levantó la pasión suprema del toreo puro en Las Ventas como una liberación de los sentidos. El milagro de la naturalidad y de la entrega para abandonarse a la emoción. El diestro de Arnedo, desamparado por las grandes empresas, asegura a Levante-EMV que su triunfo «ha sido un golpe de autoridad a una forma de sentir y de creer que ha estado maltratada». El maestro Domingo Ortega ya sentenció que «el clasicismo no es más que una personalidad singular dentro de una norma eterna» y Urdiales reconfortó a los aficionados con ese clasicismo que en la actualidad tan poco se prodiga.

¿Qué significa salir a hombros de Las Ventas?

Es cumplir un sueño pero, sobre todo, supuso un golpe de autoridad a una forma de sentir y de creer que, en mi caso, ha estado maltratada. Soy feliz junto a mi familia y a la gente que no perdió la confianza en mí durante una temporada en la que he toreado muy poco. La esencia del toreo está por encima de la puerta grande pero creo que es un premio a mis 19 años de alternativa.

¿Qué se juntó esa tarde?

Los toros de Fuente Ymbro me ayudaron mucho y el segundo de mi lote me permitió expresar el toreo que siento, el que sueño. He triunfado por mi camino con un concepto puro y natural, con esa manera de torear por la que he lucha toda mi carrera. Además, sentí la pasión de la gente en cada muletazo. Viví una afición desbordada que me obligó a dar dos vueltas al ruedo en un mismo toro, algo que pocas veces ocurre.

¿Qué papel jugó la inspiración en Las Ventas?

Fue fundamental porque me sentía con confianza y tenía esa frescura y esas ganas de torear. Pude encontrar ese estado especial en la plaza más importante del mundo y me llevó expresar esa tauromaquia que, a veces, no me sale ni toreando de salón. La puerta grande de Las Ventas ha sido el resumen de mi vida.

¿Por qué ha sido el resumen de su trayectoria?

Con esos dos toros de Fuente Ymbro, «Retama» y «Hurón», se pueden describir mis casi 20 años de alternativa por las dificultades que tuve esa tarde con la fiereza de los animales y el vendaval pero, al final, acabé triunfando. Algo parecido ha ocurrido en mi carrera, donde ha habido piedras tanto delante del toro como fuera de él pero he creído en mí y he seguido luchando.

Entiendo su comparación...

En mi primera faena, ese «Retama» me exigió mucho porque embestía con fiereza, codicia y tenía la cara abierta y, además, hacía un viento muy fuerte. Corté una oreja y cuando entré en el callejón me sentí orgulloso.

¿Y cómo fue esa faena de dos orejas a «Hurón»?

Me dejé llevar. Con palabras es difícil de explicar pero no recuerdo cuántas tandas tuvo ni cómo fueron. Sentí que el tiempo se paraba, que se acababa y tuve esa sensación de estar toreando de salón delante del toro. Me acordé de la máxima de Juan Belmonte cuando me olvidé del cuerpo para intentar torear con el alma. «Hurón» tuvo un punto jandilla en la expresión que me gustaba aunque no se definió en los primeros tercios pero en la muleta fue muy agradecido.

¿Cómo digiere la pasión?

Lo que me deja rendido por dentro es haberme fundido con los dos toros de esa forma pero es maravilloso que ese sentimiento llegue a la gente y llore como lo hizo. La afición estaba desatada y eso se vio reflejado en la puerta grande, donde me arrancaron la hombrera y casi me quitan la chaquetilla. Lo que queda del vestido se lo he regalado a mi hija para ponerlo en una vitrina y las cabezas de «Retama» y «Hurón» también estarán colgadas en mi casa.

¿El toreo está por encima de la puerta grande?

Sí, sin duda, porque el toreo es la esencia donde la afición vive la conmoción de su pasión, es decir, aquello con que la gente sueña, se emociona y recuerda. Salir a hombros es corroborar ese toreo pero lo que más valoro es aquello que pude sentir en las faenas antes que la fecha de la puerta grande de Madrid.

¿Qué importancia tienen las tres orejas de Bilbao en la tarde de Madrid?

Más allá de la confianza de las tres orejas de este año, Vista Alegre ha sido la primera plaza que comprendió mi tauromaquia y creyó en mi forma de torear. La plaza de Bilbao me ha ayudado a mantener la ilusión de sentirme torero durante estas temporadas tan difíciles.

¿Volverá a la Feria de Fallas después de cuatro años?

Tengo contratado dos tardes en san Isidro pero la empresa también tiene interés de que vuelva a Fallas. València es una de las plazas donde me he sentido torero y su afición ha sabido valorar mi tauromaquia.

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