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Entrevista

Miguel Poveda: "La sociedad debe avanzar en todos los sentidos"

El cantaor presentará el día 20 en el Palau de les Arts «Enlorquecido», su obra más comprometida y personal

Llega Enlorquecido a València. Ese, confiesa, es el nuevo estado en el que vive permanentemente Miguel Poveda. Reconoce que, la «arrebatadora personalidad» de Federico García Lorca, su poeta predilecto, lo ha atrapado. El cantaor, que actuará en el Auditorio del Palau de les Arts el día 20 a las 20 horas, admite que su último trabajo ha supuesto «un antes y un después» en su manera «de ver y entender la vida».

¿Cómo se vive «enlorquecido»?

Como en un viaje donde habitan todas las emociones posibles, en continuo aprendizaje y con la conciencia removida. Te diría que estar enlorquecido es como una locura extrema pero sana y enriquecedora. Lo que he aprendido sin pensarlo en este viaje ha sido impresionante. Esta aventura está siendo una experiencia de vida que no la cambio por nada.

¿Desde cuándo siente predilección por Lorca?

Desde que entendí quien era y pisé por primera vez la Huerta de San Vicente en Granada, su casa de veraneo. Cuando empecé a tomar contacto con la poesía, Lorca me llamó mucho la atención. La gente del flamenco le cantaba más a Lorca que a otro poeta y era como que, sin yo quererlo, lo tenía presente. Federico y su mundo me atrapó desde el inicio. Me fascina su vida, su filosofía, su sentido de la justicia y su amor por lo popular alternado con lo culto. Decidí hacer una obra entera de él porque me apasiona y, al entrar en su mundo, es cuando me dí cuenta de haberme metido en un universo mucho más grande de lo que yo pensaba.

¿Ha llegado o está obsesionado por él?

El proceso de selección de poemas y de música desembocó en una auténtica obsesión que iba más allá de su obra. Su personalidad es tan fuerte que sentí la necesidad de convivir con él durante esos meses y de quererlo con la fuerza de quien quiere a un hermano o a un padre. Federico no solo es un poeta genial, sino un dramaturgo excelente, un apasionado de la música, un gran conferenciante, un gran comunicador que se apoderaba de la situación allí donde estaba. Tiene una personalidad tan carismática que te atrapa, te obsesiona y tienes continuamente hambre de él a todas horas . A veces, me despertaba por la noche y seguía buscando y buceando en su vida. Llegó a un punto que fue pura obsesión. En estos dos últimos años no solo he estado inmerso en su obra, también he sentido la necesidad de volver a los lugares donde Federico amó la vida, incluso donde le fue arrebatada y ha sido un ciclón de emociones difícil de describir.

Usted que es un experto lorquiano, ¿cómo cree que vería y viviría Lorca esta realidad?

Ojalá fuera un experto pero en lo que he logrado conocerle a través de su obra, correspondencia, teatro o entrevistas estoy seguro que seguiría desde el amor creando lazos para construir un mundo mejor.

En la portada del disco un montaje le hace compartir cabeza con Lorca. ¿Tienen una visión parecida del mundo?

Refleja el desdoblamiento que sentí durante los dos años que trabajé en este disco y luego comprobé casualmente que él usaba ese recurso en muchos de sus dibujos. Puedo asegurar que Federico te zarandea en lo más hondo de tu alma para quedarse a tu lado y regalarte caminos que recorres sin saber por qué lo haces.

¿Tiene la impresión de que en materia de libertades vivimos un retroceso?

Avanzamos en algunos aspectos y retrocedemos en otros muchos y eso no debemos permitirlo, la sociedad debe avanzar a todos los niveles y nuestros responsables deben tener más compromiso real que ansia de poder.

En su último álbum repasa la vida del poeta granadino. ¿Cómo afrontó la selección?

Por sensaciones y temáticas, sin encasillar a Federico en un estilo determinado, quise dar un reflejo de su personalidad y abrir el abanico de estilos y de etapas de su vida. La selección la afronté sin red ni pautas. Iba leyendo e iba lanzando lo que me hacía enfatizar de forma más o menos fuerte y analizaba a qué le podía o no podía poner música, porque esa también es otra cuestión. La selección la hice por sensaciones, leía un texto y pensaba 'esto lo necesito contar y cantar' y al final hice un recorrido muy variado.

¿Es su obra más comprometida y personal?

Sin duda, estoy muy feliz del resultado que junto a Jesús Guerrero y el maestro Joan Albert Amargós, además del resto de músicos, hemos conseguido. Es mi obra más personal porque la he vivido desde dentro. He intervenido en todo, desde la portada, al diseño interior, a la idea del libreto, la música, la selección de poemas? y, además, lo he podido editar con mi propio sello discográfico. Es, no sé como explicarlo, todo muy mío. Este disco es un trozo de mí.

¿Qué le queda por explorar en el mundo del cante?

Siempre hay sorpresa en el Flamenco, incluso las mismas grabaciones de antaño no las escuchas igual cuando tienes 20 años que ahora con 45. Ahora que estoy en el estudio grabando cantes tradicionales vuelvo a comprobar, como hago en cada concierto, que el Flamenco es una de las músicas más bellas y emocionantes del mundo. La música flamenca es un universo inagotable, una música tan bestia y tan grande en la que nunca dejas de explorar.

Treinta años de carrera dan para mucho. Si mira atrás, ¿qué ve?

A un trabajador incansable, vocacional y amante del arte que se ha hecho a sí mismo. Me da vértigo la falta de respeto al tiempo. Ahora me tomo el tiempo con mucha más limitación. Cuando eres joven, te crees que siempre vas a ser joven y estamos equivocados. Lo importante es que la vida te dé salud y poder y saber aprovecharla. Creo que duraré treinta años más, pero, por si acaso, voy a aprovechar el tiempo al máximo, no lo voy a malgastar en tonterías y voy a dedicarlo a lo que realmente tiene valor.

¿Se arrepiente o cambiaría algo?

Por supuesto, pero es imposible. Es mejor vivir el presente y corregir todoaquello que no has hecho bien. No entiendo al que dice que no se arrepiente de nada, la verdad.

Tres años después vuelve a actuar en València. ¿Sigue sintiendo mariposas en el estómago antes de salir a cantar?

Es inevitable y cada vez lo siento más, pero es una adrenalina hermosa y ya no sé vivir sin esas sensaciones.

¿Está viviendo el flamenco una nueva década dorada?

Pienso que en cuanto a talento sí porque nunca había visto una generación joven con tanto que decir. Pero las instituciones de este país aún tienen que tomar conciencia de su valor artístico y potenciar este arte que es universal.

¿Pero recibe el trato que se merece?

Podría tener otro mejor .

Si Miguel Poveda no hubiera sido cantaor, ¿qué habría sido?

Infeliz.

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