Somos nuestros paisajes, lo que leemos y lo que pensamos, pero también lo que comemos. En resumen, somos nuestras pasiones y amores, aquellas en las que olvidamos el reloj y a las que nos lanzamos a alma descubierta. Esta reflexión la verbalizó ayer en parte la divulgadora Ángeles Ruiz García tras recoger el premio que le había concedido la Academia Valenciana de Gastronomía pero a tenor de los discursos, se trata de una emoción compartida por casi todos los galardonados y muchos de los presentes.

Fuera de la tercera planta del edificio Veles e Vents se temía todavía a los ecos de la gota fría, aunque dentro solo había espacio para los reconocimientos. La institución que preside Manuel Rodríguez Murcia otorgaba sus premios anuales que, en este caso, han alabado el buen hacer y trayectoria del jefe de cocina Manuel J. Alonso (Casa Manolo-Daimús); del jefe de sala, Leonardo J. Di Pilla (Rest. Raúl Resino-Benicarló); del catedrático de la Universitat de València Juan Viña, en el premio Ciencia y Gastronomía de las Federaciones de Hostelería (comunitaria y provinciales), que son las que lo hacen realidad.

El galardón Maker de Chefs recayó en El Taller de Piñero de Alcoi y las denominaciones de origen para los turrones de Jijona y de Alicante. La mejor bodega, MG Wines, y el mejor crítico Gastronómico, Pedro García Mocholi. Ángeles Ruiz García recibió el galardón de Publicaciones y Divulgación y el de mejor Pastelero viajó hasta Elx, concretamente a Dani Álvarez. Los momentos más emotivos fueron, sin duda, los que siguieron al reconocimiento a la trayectoria de Maria José San Román; Miguel Barrera y la familia Rausell, así como el homenaje a Vicente Castelló (Nou Manolín) que ha obtenido, a propuesta de la Academia, el Premio Nacional de Gastronomía, categoría toda una vida. Los CdT de la Comunitat Valenciana también se llevaron un galardón por su labor de formación.