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Bounty

No se trata de la fragata de John Boyne en su famosa novela, sino de la discoteca del mismo nombre, que sigue varada desde hace 50 años en la costa de El Saler. Tampoco de su sonado motín, aunque estamos en plena época de motines de jubilados y mítines políticos, que no es lo mismo. Como el motín de los automovilistas valencianos, que ahora han flipado con il capitano Grezzi al volver a dar su permiso para amarrar en las noches del carril bus, pero en ciertas condiciones, faltaría más.

Efectivamente, la discoteca Bounty Saler celebró el sábado su 50 aniversario, medio siglo de vida cantante y sonante y que fue inaugurada en 1968 por Joaquín Prat y Pepe Pitarch, socios a la sazón hasta la extraña y misteriosa desaparición de Pitarch, del que nunca mas se supo. Le pusieron como nombre «El Quijote», y así funcionó hasta los años 80, en que tomó el nombre de Bounty. Durante años fue el referente de la movida valenciana y por allí desfilaron hasta el propio entonces príncipe Felipe de Borbón. Con el tiempo, Bounty Saler pasó a ser para gente más mayor, llevada por su contramaestre, Juan Martínez, que durante más de 40 años estuvo al frente de la nave, propiedad ahora de la hija de Prat, Samantha, y su marido, Chano Viciano, actual comandante de la nave.

La celebración del medio siglo fue sonada, con afluencia masiva de la clientela, cava de bienvenida y animación por el grupo Revolution, con acróbatas y efectos especiales. La «Bounty» navegaba repleta de pasaje, y allí estaban los patrones de la nave, Samantha y Chano, con sus hijos, que la niña, Alex Viciano, es actriz, y Juan, el veterano marino ya jubilado. El sobrecargo Adolfo Fortea no daba abasto al pairo de todo, mientras los señores pasajeros andaban al baile de las damas viajeras, decoradas al efecto cercanas al mascarón de proa. La travesía discurrió feliz.

El próximo jueves, día 28, zarpa de nuevo «Lady´s», tripulada por la Casa del Artista, Orlando Pereira y la empresa armadora del velero. De momento un único día, pero el espectáculo preparado es de alto velamen, se iniciará a las 22:00 horas e intervendrán grandes artistas como el gran showman Miguel Brass, máximo exponente del «músic-hall»; el ganador de la tercera edición de «Operación Triunfo», Vicente Seguí; el genial humorista Paco Calonge, acostumbrado a grandes travesías marítimas, y la excepcional cantante Blanca Villa, todos ellos desinteresadamente. El donativo de entrada es de 5 euros, a beneficio de la Casa del Artista. Esperemos que sople el viento en popa a toda vela.

Hasta la Pobla de Vallbona navegó el excelente ilusionista valenciano Jammes Garibo, embarcado en su magia habitual, que es de la más alta categoría. Presentó en la Casa de la Cultura de aquel puerto parte del nuevo espectáculo armado para su nueva gira con un impresionante aparejo, con el que efectuará el abordaje a los teatros de dentro y fuera de España. Con él intervino su padre, el veterano mago Garibo, para delicia de los infantes, y la presencia en el barco de Gabriel García Mármol, sobrino de Manolo Escobar, y su mujer, Amparo Martínez, la que fuera última Miss España que dio València hace la friolera de 33 años. Muchas millas y nudos se ha navegado desde entonces...

Y de nuevo suelta amarras y emprende el rumbo la nave del Flumen, conducida por su capitán, José Sáiz, que volverá a fondear en su puerto desde el próximo viernes, 26, la divertida comedia de Marc Camoletti «No te vistas para cenar», con una tripulación de lujo y el propio Sáiz al timón, Alberto Vázquez, Helena Font, Paula Barés y una excepcional primer oficial llamada Isabel Gaudí. Y el sábado, 27, el velero Flumen ofrecerá a los grumetes el estreno nacional de «Geronimo Stilton. Enigma en el Prado. El Musical», protagonizada por un ratoncito periodista. En la travesía del Flumen no hay que vestirse para cenar... por si los postres.

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