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Lo que la verdad esconde

Lo que la verdad esconde

Cronología de las bestias

teatre principal (valència)

Int. Carmen Machi, Pilar Castro, Santi Marín, Patrick Criado, Álvaro Lavín. Escenografía: Mónica Boromello. Vestuario: Sara S. de la Morena. Texto y dirección: Lautaro Perotti

El teatro actual, cuando se pone serio, lo hace de verdad. Y lo hace a partir del ámbito psicológico por encima del sociológico. En los últimos años, ha habido una sobredosis del primero en detrimento del segundo. Es lo que ocurre en este texto de Lautaro Perotti. El psicologismo queda evidente al cargar las tintas en una familia marcada por un siniestro pasado, el que se reabre con la aparición de un hijo desparecido. Al principio no entendemos su forma de ser, y la forma en que lo tratan los otros, pero, con el trascurso de la acción, vamos descubriendo (o eso parece) lo que la verdad esconde. El objetivo del texto, y de la dirección del propio autor, es que el espectador sea devorado por una tensión desde inicio. Y en cierto modo lo consigue. El objetivo es que piense, busque y resuelva una historia estructurada a modo de flashbacks; y más todavía, sin un realismo aparente.

La idea latente es atractiva, ahondar en una vida construida con el fantasma del engaño, que aparece y desaparece. Remordimientos frente a olvido. El problema es que predomina el efectismo, el artificio sobre el símbolo. Ibsen, en El pato silvestre, ya trató el tema de vivir en la mentira, pero su repercusión fue sociológica. En este caso, el fin acaba siendo puramente formal, un juego catártico sin concreción, más allá descubrir qué pasó. La obra no pasa de ser un thriller extraño, donde un detective es sustituido por un sacerdote (¿visión psicoanalítica?), y la confesión final por una huida de nuevo (bien musicalizada).

El movimiento escénico adquiere un sabor indeterminado, dentro de una puesta en escena más expresiva que narrativa, la anómala escenografía (Mónica Boromello), y el esfuerzo de las actrices y actores para interpretar personajes repletos de vivencias contradictorias, de pactos silenciosos, de verdades sobreentendidas. Claramente destaca la presencia y potencia escénica de Carmen Machi, pero necesita rebajar, en momentos, un tono, igual que ocurre con su registro cómico.

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