El artista Uiso Alemany (València, 1941) ya lo advierte: «Esta va a ser una exposición que se sale de la rutina, de los cánones». Habla de su muestra «Uiso. El suicidio de la pintura», que la Fundación Bancaja inaugura el jueves. «Es complicada de explicar», dice a Levante-EMV mientras prepara la exposición en el centro cultural de la plaza de Tetuán. «Se va fuera de las formas, fuera de las normas».
En ella, Alemany reúne su obra más reciente. La muestra, comisariada por Fernando Castro, revela la pintura densamente incorformista, inquieta e intensa del pintor, representante de una tradición creativa cosmopolita muy vinculada con su trayectoria vital con estancias tanto en países europeos como americanos.
En total, se verán 30 obras de gran formato, así como una pared con 160 piezas más pequeñas a modo de mosaico, de «alicatado», en palabras de Alemany. El artista valenciano lleva tiempo trabajando en esta muestra que se nutre de obra inédita y actual y creada a propósito para la Fundación Bancaja.
«He trabajado en ella en diferentes lugares. Hay gran parte de las obras creadas en Sao Paulo, en Brasil, pensando exclusivamente en esta exposición», avanza Alemany. Respecto a la cronología de las obras, destaca que la mayoría son de 2017 y de este mismo año, aunque en menor medida el visitante podrá contemplar también piezas de 2016.
Quien vaya a ver la obra de Alemany a la Fundación Bancaja encontrará el individuo, el ser humano que siempre subyace en su trabajo, aunque sea de un modo abstracto. «Hay muchas claves que el espectador tiene que descubrir. A mí no me gusta hablar de los contenidos. Para mí la obra clásica ha de explicarse por sí misma y, por supuesto, la completa el espectador. Él es quien le pone el título a la obra, la asimila y la hace suya. Soy muy enemigo de explicar las obras porque las claves son el quid de la cuestión, son el descubrimiento. A mí me gusta mucho la improvisación y esa improvisación hace que tú mismo te sorprendas».
Sus viajes son también pieza importante en su proceso creativo. «Soy nómada; los estudios tiene magia y a veces, en vez de recibirla, ellos la chupan de ti. Por eso me gusta cambiar de ciudad. He estado también en China y he hecho obras allí porque hay otra magia. Y -aunque al final todo tiene que ver con uno mismo, con sus experiencias en la vida, con lo que te mueve- en cuanto cambias de país, lengua y espacio, la obra suele cambiar. Puede no cambiar tu timbre de voz, tu forma de escribir o manera de entender la plástica, pero sí el espíritu, el olor de las cosas... Es emocionante ver como sí hay cambios. En esta muestra vamos a ver la influencia internacional, aunque el espectador sepa que está ante una obra mía», explica Alemany.
A principios de año, una inundación en su estudio de Sao Paulo dañó más de medio centenar de obras. El «tsunami» -como él califica el suceso- le obligó a buscar un nuevo espacio donde crear la obra que llega a Bancaja. Por suerte, sus galeristas en el país americano le ofrecieron una alternativa: «un jardín con césped, un perro que me acompañaba y una luz extraordinaria y allí era feliz», recuerda. «Cuando el sol se va yendo yo también me voy. He sido de pintar mucho de noche y dormir de día, pero ahora ya no», explica. «Trabajar con la luz artificial ya no me interesa mucho».
De ahí que apunte que desconoce en qué momento del día se siente más inspirado. «Como decía Picasso: ´que la inspiración te pille trabajando´, dentro el estudio. Es que esto no se puede plantear como un trabajo. Hay veces que suena la flauta y otras, no. Hay que saber cuándo la obra tiene magnetismo y te sorprende a ti mismo. Si no te sorprende como artista no sorprenderá a nadie, no sorprenderá al espectador. Soy incapaz de copiarme o repetirme. Voy siempre a la sorpresa y eso creo que se transmite».
Obra con vida propia
Asegura estar «contento» con el planteamiento de esta exposición. «En muchas ocasiones se me propone hacer una retrospectiva y tengo series que se han expuesto en otros países que podrían reeditarse verse aquí, pero son obras algo más antiguas. Lo que a mí me ha apetecido es que sea obra reciente, inédita y de hace dos o tres años». No obstante, no tiene claro eso de si es «profeta en su tierra». «No lo sé. Tampoco me preocupa. Cuando parimos la obra, dejamos que ella ande, no tener la patria potestad. Las obras son algo que tienen vida propia, caminan por su cuenta y dialogan con la gente y es maravilloso». Además, con motivo de la exposición se ha editado un catálogo que reproduce las obras expuestas junto al texto crítico del comisario de la exposición.
La pintura de Uiso Alemany se ha exhibido en las principales ciudades españolas y en países como China, Brasil, Cuba, Argentina, Uruguay, México, Portugal, Italia, Alemania, Bélgica, Suiza, Marruecos o Israel. El reconocimiento de su obra le ha merecido su incorporación a colecciones como las del IVAM, Círculo de Bellas Artes de Madrid, Colección BBVA, Fundación AENA, Museu Afro Brasil, Museo de la Solidaridad Salvador Allende (Chile), Instituto de Bellas Artes de Sichuan (China), Museu Oscar Niemeyer (Brasil), así como la de la Fundación Bancaja, entre otras.
