Arthur Conan Doyle, uno de los autores más leídos del mundo, no creó a Sherlock Holmes hasta que decidió abandonar el ejercicio de la Medicina, tal y como cuenta en Las cartas de Stark Munro, su novela más autobiográfica, que hasta ahora ha permanecido inédita en español. La editorial sevillana El Paseo ha publicado la obra por la insistencia de su traductora, Victoria León, quien no se explica cómo una tan «divertida» que «cuenta cómo el médico se convierte en escritor en busca de una vocación que cumpliese sus ansias de tener un papel activo en el mundo y en el momento histórico que le tocó vivir» ha tardado tanto en traducirse.

«De todos los autores que escriben tanto y gozan de un éxito como el de Conan Doyle hay siempre obras que quedan eclipsadas porque no se ajustan al modelo que acapara la atención de los lectores y la crítica», ha explicado la traductora, quien cree que por esa razón el autor «siempre mantuvo una relación de amor odio con el personaje que lo hizo tan célebre», el detective Sherlock Holmes.

La novela, en forma epistolar, es «abiertamente autobiográfica» y Conan Doyle la publicó ya en plena cumbre de su fama literaria, desde donde revisó su juventud, sus comienzos como médico y su transformación en escritor.

«De ahí la mirada desacralizadora sobre una profesión médica que pronto lo desilusionó y le resultó insuficiente para colmar sus inquietudes, y que se mezcla con cierta sátira del pensamiento positivista, lo que hace la novela doblemente divertida», según Victoria León.

La traductora se tropezó con esta obra mientras trabajaba en la edición de la narrativa histórica de Conan Doyle para la colección Biblioteca de Literatura Universal (BLU), lo que la llevó a releer las memorias del escritor y constatar que hacían numerosas referencias a Las Cartas de Stark Munro, a la que el propio Conan Doyle remitía a quien quisiera conocer ciertos episodios de su vida.

Escritas al final del periodo de Norwood, donde residió entre los años 1891 y 1893, Las cartas de Stark Munro se publicaron por primera vez en 1895 en Londres, Nueva York e incluso en Alemania, en una edición en lengua inglesa.

Fue en 1891 cuando, desencantado de la medicina, y tras consolidarse su éxito como escritor, abandonó su primera profesión para dedicarse por completo a la escritura.

Según ha enumerado León, la novela también refleja la vida familiar del autor, cómo conoció a su primera esposa, la influencia moral e intelectual que tuvo de su madre y la relación conflictiva con un padre depresivo y alcohólico que pasó los últimos años de su vida en un sanatorio, pero a quien admiró como genio incomprendido al que el mundo no había permitido desarrollar sus talentos artísticos.