Un retablo del siglo XV junto a una pieza minimalista de arte contemporáneo. Eso es lo que se encontrará el visitante a partir de hoy en el Museo de Bellas Artes de València. La pinacoteca y el Institut Valencià d'Art Modern (IVAM) han decidido hacer frente a los tabúes del arte con «Teníamos todo a nuestro favor», la primera muestra que nace de su alianza. La exposición, que se inauguró ayer en la pinacoteca valenciana, aglutina un centenar de piezas -66 obras de la colección del IVAM- que van desde el medievo hasta la actualidad. Las piezas cohabitan en un mismo espacio y dialogan entre ellas sin ningún pudor para ensalzar el lenguaje artístico como algo único, pero con diferentes miradas a través de los siglos. La exposición también pone el foco sobre los tres géneros que se han repetido durante la historia del arte: el bodegón, el retrato y el paisaje.

La muestra, que se podrá ver hasta el próximo mes de enero, fue presentada ayer por Teresa Millet y David Gimilio, comisarios de la exposición, junto a José Miguel G. Cortés, director del IVAM, quien excusó la ausencia del director de la pinacoteca por «causas de fuerza mayor». «Hoy es un día muy importante. Los museos más representativos de la Comunitat Valenciana trabajan conjuntamente por primera vez. De aquí, solo pueden salir cosas buenas», aseguró G. Cortés, quien prometió proyectos «más extensos» y «con más posibilidades» en un futuro próximo. «El arte no entiende de épocas o materiales. La muestra fomenta la reflexión. ¿Qué hace un Oldenburg en medio de la sala?, se preguntarán», explicó el director del IVAM.

La muestra toma el nombre de la cita que utilizó Claes Oldenburg y Coosje van Bruggen para crear Bottle of Notes (1989-1990), la pieza que abre la exposición en el hall del museo. La cita hace referencia al diario del Capitán Cook, donde narró un viaje hacia el océano Pacífico que decía: «Teníamos a nuestro favor todo lo que pudiéramos desear para observar el paisaje completo del planeta Venus desde la órbita del sol». «Esta escultura es una metáfora del viaje que esta exposición quiere ser. La botella con mensaje es el eslabón que une el IVAM con el Bellas Artes».

El conservador y uno de los comisarios de la muestra, David Gimilio, aseguró que iniciar este viaje «no ha sido fácil». «Había cierto miedo escénico. Existen relaciones evidentes entre algunas piezas, y otras más sutiles», destacó.

En la Sala 1, la escultura de Oldenburg y Van Bruggen dialoga con obras de Antonio Muñoz Degraín o Salvador Abril; en la Sala 2 se relacionan las cruces románicas y góticas con piezas de Eduardo Chillida, Picasso, Manolo Valdés o Julio González; en el caso de la Sala 3, dialogan entre sí retablos de Gonçal Peris con obras de Carmen Calvo; y en la Sala 4 tiene lugar una de las conjunciones más exitosas de la muestra, el Renacimiento valenciano con el aro dorado de Juan Navarro.

En el resto de salas tienen lugar las combinaciones más llamativas, donde Equipo Crónica dialoga con obras de Juan Sariñena o Nicolás Borras (Sala 5), y el pionero del pop-art James Rosenquist se relaciona con el barroco valenciano (Sala 7). El recorrido de la muestra finaliza en el siglo XXI con una escultura de Miquel Navarro en el patio del Palau de l'Ambaixador Vich.