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Un doblete para la historia de la música

Afincada en València desde hace más de 16 años, Montero ya acumula 4 grammys latinos

Un doblete para la historia de la música

«Tengo cuatro hijos, y los dos más pequeños son mellizos. El día de la gala le decía a mi marido: 'Hoy puedo tener mellizos otra vez'. Y así fue. Estaba escrito que iba a tener cuatro Grammy, y que los dos últimos los iba a tener en la misma noche». Habla Claudia Montero, la compositora argentina afincada en València, que ha arrasado en la última edición de los Grammy Latino de Las Vegas. Ella es hasta la fecha la única que ha hecho doblete en música clásica. Se llevó el Grammy al Mejor álbum de música clásica por Mágica y misteriosa y a la Mejor composición clásica contemporánea por «Luces y sombras».

Asegura que no se lo esperaba. «Cuando te nominan ya lo consideras un premio. Me podía esperar el galardón en la categoría de obra, ya que tenía mucha fe en «Luces y sombras», pero nunca me podía esperar hacer este doblete. Toqué el cielo con las manos».

Subió al escenario para recoger el Grammy por su álbum y pocos minutos después salió del backstage para recoger el galardón por su obra. «Fue muy gracioso, y también raro. No sabía cómo lo tenía que hacer porque no es muy frecuente que pase».

Montero, antigua profesora de composición del Conservatorio Superior de Música Salvador Seguí de Castelló, acumula ya cuatro Grammy Latino. El primero lo obtuvo en 2014, cuando ganó el galardón a la Mejor composición clásica contemporánea por «Concierto para violín y orquesta», y el segundo lo recogió hace tan solo dos años, cuando volvió a ganar en la misma categoría, esta vez, con la obra «Cuarteto para Buenos Aires». Los dos galardones los exhibe en la entrada de su casa, junto a las fotos que le hicieron en el momento de recogerlos. Los nuevos Grammy todavía están en territorio yanqui, ya que tienen que grabar el nombre de su ganadora en la placa. No llegarán a València hasta enero.

«Un reconocimiento así te genera muchas preguntas. ¿Por qué a mí?», se cuestiona la compositora. «Esto es producto del trabajo». La argentina acostumbra a componer durante de 8 a 10 horas al día cuando tiene un encargo. «Hay una hora de la tarde en la que paro, porque necesito relacionarme con la gente. No cumplo con el prototipo de compositor. No soy un bicho raro encerrado en su casa. Me gusta salir, viajar...», asegura. Montero se concentra estos días en acabar una obra para la Royal Liverpool Philarmonic Orchestra. Luego, ultimará un trabajo que estrenará en el Teatro Colón de Buenos Aires en junio de 2019 y ya mira fechas para preparar una obra para la en el Kennedy Center de Washington (EE UU).

«Golpearse contra las paredes»

«Un compositor que no vive no tiene nada que decir. Hay que vivir, sentir, conocer gente y golpearse contra las paredes para conseguir lo que uno sueña. Si no lo haces así, la música se convierte en algo superficial, basado en tu propio cerebro. Se lo decía a mis alumnos», explica la compositora, quien reconoce que ha tenido una vida «intensa». «Me he casado varias veces, he vivido crisis económicas y personales duras, me he cambiado de país... Todo eso me curtió lo suficiente como para que yo sacara mis propias conclusiones sobre mi profesión».

Montero ha visto pasar generaciones de compositores por sus aulas. Algunos de ellos trabajan actualmente con ella, como José Doménech, quien ha producido el álbum ganador de su último Grammy. «Los jóvenes compositores están un poco perdidos. No saben por dónde tirar. Sin embargo, tienen una gran curiosidad, un elemento imprescindible para investigar lo que está pasando en el mundo».

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