Russafa Escènica con la colaboración de la Fundación Bancaja presentan "Cordero", una propuesta de danza que surge como resultado de dos talleres inclusivos, primero de artes plásticas y luego de danza, realizados con personas con diversidad funcional y profesionales durante los meses de octubre y noviembre. Estos talleres componen lo que el festival Russafa Escènica llamó el Parterre. La muestra se encuadra dentro de la Semana D-Capacidad Fundación Bancaja, una iniciativa de sensibilización social que se desarrolla cada año con motivo del Día Internacional de las Personas con Discapacidad, el 3 de diciembre, y con el objetivo de concienciar sobre la necesidad de la integración de este colectivo.

La ilustradora Nívola Uyá fue la encargada de dirigir la primera parte de la propuesta con un taller sensorial en el que participaron quince personas con parálisis cerebral, con diversos grados de funcionalidad, del Centro de día del Cabanyal y alumnos del Programa Formativo de Cualificación Básica de Cruz Roja. El resultado, una serie de dibujos donde "la naturaleza hace de hilo conductor", servirá para crear la escenografía de la muestra final del proyecto. En palabras de la artista "he vivido uno de los talleres más bellos que nunca realicé, el reto era grande pero la motivación y la cohesión del grupo mucho más".

Por su parte, la bailarina Gema Gisbert realizó un taller de danza, cuyo resultado se podrá ver el viernes. Tal y como ha explicado Gisbert, quien dirige la muestra, "Cordero tiene una estructura tripartita inspirada en los dibujos realizados previamente: color, blanco y negro y texturas. La pieza nos acerca a la posibilidad del movimiento compartido por un colectivo heterogéneo: personas con diversidad funcional, jóvenes y adultos, en un espacio común". El objetivo que busca este espectáculo es el de democratizar la creatividad en un ámbito tradicionalmente tan elitista como la danza. La propuesta es abierta al público hasta completar aforo.