El Palau de les Arts de València abrió anoche su decimotercera temporada de abono con un nuevo montaje de 'La flauta mágica' de Mozart que fue recibido con división de opiniones por el público debido a la nada convencional propuesta del director de escena Graham Vick. Así, al término de la representación, mientras una parte del respetable ovacionó en pie el espectáculo, también se produjo una sonora bronca y algunos espectadores abandonaron rápidamente el auditorio.

En la Sala Principal se encontraba el ministro de Cultura, José Guirao, que con su presencia subrayaba el compromiso del Ejecutivo central de incorporarse, tras años de reivindicaciones del gobierno valenciano, al Patronato de Les Arts. Junto a él, asistieron al estreno el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, y el conseller de Educación, Investigación, Cultura y Deporte, Vicent Marzà.

En la rueda de prensa de presentación de este título -coproducción del coliseo valenciano con Macerata Festival (Italia)-- el director de escena inglés Graham Vick ya avanzó que su reinterpretación del clásico de Mozart era novedosa. Y así es.

La puesta en escena desdibuja los límites entre el escenario y el patio de butacas, que se llena de pancartas con reivindicaciones sociales contra los recortes, la corrupción, la violencia de género, los desahucios, la banca o la xenofobia. Además, una pasarela delante del foso de la orquesta acerca al público a los cantantes, que, en determinados momentos, se mezclan directamente e interactúan, hablando en alemán y en español, con los espectadores.

Vick --fundador y director artístico de la Ópera de Birmingham, compañía estandarte de la modernización y democratización de la ópera-- convierte la hermandad de iniciados original en los privilegiados actuales, representados en los poderes político, económico y religioso. Asimismo, incluye un final más abierto que suscita muchas preguntas y subraya aspectos como el papel de la mujer.

En este sentido, recuerda que la obra de Mozart está influida por la masonería, una estructura "exclusivamente patriarcal, una realidad también en la Iglesia católica, donde la mujer no tiene poder y no se le permite nunca opinar", lo que se deja ver en al escenografía, por ejemplo, con la imagen de una virgen con la boca tapada. Otra referencia es el fin del primer acto, que culmina con dos mujeres portando una pancarta en la que se puede leer el lema 'No es no'.

El artista, que se enfrenta con este proyecto a su quinta producción de 'La flauta mágica' , se ha rodeado para la ocasión de un equipo integrado por Stuart Nunn, responsable de la escenografía y del vestuario, Giuseppe Di Iorio, artífice de la iluminación, y Ron Howell, coreógrafo.

Respecto a la parte musical, ha sido muy bien recibida. El maestro alemán Lothar Koenigs ha debutado en Les Arts con el Cor de la Generalitat, la Orquestra de la Comunitat Valenciana y los artistas del Centre Plácido Domingo.

El tenor Dmitry Korchak, en el papel de Tamino, y Mariangela Sicilia, como Pamina, en su primera aparición en eeste escenario valenciano dan vida a la pareja protagonista escoltados por la soprano Tetiana Zhuravel -que ha arrancado los bravos por su ejecución de la conocidísima ária de la Reina de la noche--; un muy divertido y teatral Mark Stone, barítono que encarna a Papageno, y el bajo Wilhelm Schwinghammer (Sarastro), figura habitual de festivales de prestigio como Bayreuth o Salzburgo.

Completan el reparto, el bajo búlgaro Deyan Vatchkov (orador/primer sacerdote), el tenor granadino y antiguo alumno del Centre Plácido Domingo Moisés Marín (Monóstatos), el bajo galés Richard Wiegold (segundo armado), la soprano catalana Júlia Farrés-Llongueras (Papagena), la soprano italo-brasileña Camila Titinger (primera dama), las mezzosopranos del Centre Plácido Domingo Olga Syniakova y Marta Di Stefano, el tenor valenciano y también integrante del Centre de Perfeccionament Vicent Romero y los niños del Trinity Boys Choir: Lucas Rebato, Kiran Patel y Dionysios Sevastakis.

Coro de tragedia griega

A lo largo de todo el espectáculo intervienen también los alrededor de 70 ciudadanos que Graham Vick invitó a participar en el montaje a modo del coro de una tragedia griega o de una comedia de Aristófanes.

El director de escena lleva experimentando con actores no profesionales desde hace veinte años con la intención de "enriquecer la función de ópera, como deber cívico, tanto desde el punto de vista de la representación como del público", según sus propias palabras. No obstante, el uso de estos figurantes no remunerados también ha suscitado criticas por partes de asociaciones de actores y bailarines.

En total, el Palau de Les Arts ofrecerá seis funciones de 'La flauta mágica'. Las siguientes citas están fijadas para los días 4, 7, 9, 13 y 15 de diciembre.