Vicente Adam Carmona ha fallecido en Valencia el 5 de diciembre a los 91 años de edad. Nacido en Llombai el 17 de enero de 1927, fue uno de los escritores valencianos que se dedicaron a la novela popular, los denominados bolsilibros o novelas de a duro. Encontró en la escritura una segunda ocupación en la que volcó su amor por la literatura, actividad compaginada con el trabajo en un bufete de abogados.

Su carrera arrancó en 1960 en la todopoderosa Editorial Valenciana, que además de editar los tebeos de Roberto Alcázar y Pedrín o El Guerrero del Antifaz, tenían su propia división de novelas que surtían a los quioscos de toda España. Fue en la colección Luchadores del Espacio, dedicada a la ciencia ficción, donde vio la luz su primera novela, «Marionetas humanas», concretamente en 1960, luciendo el número 164 en una colección iniciada en 1953. Era, por tanto, un autor que se incorporaba cuando otros escritores llevaban más de un lustro cultivando el género con fortuna, entre ellos el reconocido Pascual Enguídanos (que firmaba como George H. White) o José Caballer (Larry Winters).

El estudioso José Carlos Canalda, autor del libro «Luchadores del Espacio. Una colección mítica de la CF española» y colaborador en el libro colectivo «Memoria de la novela popular», editado por la Universitat de València, considera a Vicente Adam como “el más norteamericano” entre los escritores que nutrieron la ciencia ficción de Editorial Valenciana, pues dejaba de lado referentes clásicos como H. G. Wells o Jules Verne para nutrirse de la entonces pujante ciencia ficción estadounidense, encabezada por plumas como las de Robert A. Heinlein o Isaac Asimov. Súmase a ello el conocimiento del inglés, que le permitía leer novelas inéditas en nuestro país, y la posibilidad de acceder a lo último en la revista argentina de anticipación Más allá, y encontraremos algunas de las claves de las novelas futuristas de Vicente Adam, el cual firmaría para Valenciana, bajo el pseudónimo de Vic Adams, títulos como «La muerte azul», «Los sonidos silenciosos de Venus» o «Prisión cósmica».

Con tiradas de miles de ejemplares y una retribución elevada para la época, consiguió dar el salto a la barcelonesa Editorial Toray. Por aquello de la exclusividad, empleó otro pseudónimo, V. A. Carter, para publicar seis novelas en el seno de la colección Espacio, entre ellas «El secreto de Ganímedes» o «El pueblo oculto». Para Toray también desarrolló novelas del oeste, otro de los géneros en los que se prodigó, caso de «Una herencia inesperada» o «Balas para el traidor». En total se le atribuyen un centenar de novelas, muchas de ellas comercializadas en Hispanoamérica. Participó en 2010 en el II Encuentro con los luchadores de la letras: los autores de Editorial Valenciana, en Burjassot, dentro del marco de la XXVIII Hispacón, y su obra está siendo reeditada por Pulpture Ediciones, que de momento ha publicado un volumen, «V. A. Carter: Toda su obra de ciencia ficción (I)», que recoge sus seis primeras novelas, mientras se prepara un segundo recopilatorio, ya como homenaje póstumo.