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Música crítica

Un 27 'low cost'

Sociedad Filarmónica

de Valencia

Sala Iturbi. Palau de la Música (valència)

Intérpretes: Iagoba Fanlo, cello y Pablo Amorós, piano

El debut de Iagoba Fanlo y Pablo Amorós ante los socios de la SFV se avanzó dedicado a la Generación del 27 más, por alguna razón, la oferta final resultó un tanto low cost puesto que sólo fueron incluidos dos pequeñas muestras de aquella sacudida estética: la Introducción, variaciones y coda del madrileño Salvador Bacarisse y el Adagio y fuga de la asturiana María Teresa Prieto. Quizá alguna obra del valenciano Manuel Palau (Alfara del Patriarca 1893 - València 1967), legítimo represente entre los nuestros, no hubiera desentonado. La tragedia de la Guerra Civil hizo que Bacarisse viviera su exilio en Francia, si bien sus músicas rebosan manidos ecos de Falla y de Rodrigo. La Prieto recaló en México, enfocando sus obras con un lenguaje mucho más avanzado y agiornatto a las nuevas tendencias, lo cual permitió el lucimiento del cello de Fanlo, cantando con proyección lírica y contando con la compañía -no mero acompañamiento- del piano de Amorós, puntual y lúcido, siguiendo sin perseguir el discurso de su compañero. Ambas obras fueron grabadas en première mundial por nuestros artistas en 2017 junto a las Sonatas de Roberto Gerhard, Rodolfo Halffter (el mexicano) y Tapias Colman. Todas ellas hubieran aportado un escenario más novedoso- y menos rutinario- que las sonatas de Schubert y Debussy. Sus versiones fueron planteadas con suficiente decoro lo que confirma la disciplina con la que enfocan su trabajo.

Altamente atractiva resultó la audición de la Sonata Op. 35, de la compositora croata Dora Pejacevic (1885-1923), figura puntera de la música de su país. Contemporánea de Alma Mahler y Nadia Boulanger, la Pejacevic no pudo evitar la carga posromántica del tiempo que le toco vivir, cercada por el sinfonismo de Bruckner, Strauss. Mahler und alter, pero impermeable a cualquier influencia de autores de su tiempo como Stravinsky, Bartok, Debussy o Schoenberg. Su Sonata en mi menor es una obra esplendida pero exigente, tanto para el cello como para el piano. Todo un reto para el vasco Fanlo y el cordobés Amorós, quienes la expusieron con total dominio y generosidad de matices. Lo mejor de la noche.

El público, convencido de la calidad de ambos artistas, reclamó con sus aplausos un bis con el que refrendaron el éxito de su primera visita valenciana. Volverán.

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