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Entrevista

El Gran Wyoming: "Unos toman pastillas o van a terapia; la mía es la música"

«Tuve la tentación de dejar la televisión. No creo que me quede mucho»

El Gran Wyoming: "Unos toman pastillas o van a terapia; la mía es la música"

P Wyoming y Los Insolventes acaba de cumplir diez años. ¿Se lo imaginaba cuando tocaron por primera vez?

R Pues no, porque surgió para tocar un par de fines de semana, pero ha ido siguiendo, siguiendo y tenemos mucha demanda.

P ¿A qué atribuye este éxito?

R Supongo que a la técnica y a la calidad que demostramos sobre el escenario. Hemos hecho diez años y con tal motivo hemos hecho una fiesta en Madrid, hace unas semanas. Llamamos a amigos que nos hemos ido encontrando por el camino y todos vinieron. Fue un concierto tremendo. Vino Miguel Ríos, Rosendo, Enrique, «El Drogas» de Barricada, Pedro de La Fuga, Iván Ferreiro, Julián Hernández... Fue un conciertazo y «lo petamos»; llenamos la sala la Riviera.

P ¿Cómo surgió el grupo?

R Porque un día fui a tomar unas cervezas a un bar y allí estaba tocando Última Experiencia. Me gustó mucho la música que hacían. Coincidimos en el descanso, hablamos y después me subí a tocar un par de temas con ellos en la segunda parte. Entonces el la sala nos dijo que por qué no hacíamos un repertorio y veníamos a tocar algún día y dije: «Pues vale». Lo hicimos y hasta hoy. Diez años.

P Casi nada.

R Y sin parar. Hacemos un fin de semana sí y uno no durante todo el año. Ya tenemos hasta junio prácticamente cerrado No sé, pero creo que habrá pocas giras ininterrumpidas más largas que esta.

P Supongo que en estos años, el repertorio habrá ido cambiando. ¿Cómo incorporan los nuevos temas?, ¿los eligen entre todos?

R Vamos incorporando canciones que nos gustan. Las vemos en el ensayo local y si vemos que yo las puedo meter mano, se quedan. Pero, claro, vamos quitando y poniendo para no aburrirnos y para no aburrir a la gente. Hacemos desde rock and roll de los 60 hasta hoy, canciones que nos gustan.

P Usted siempre ha estado vinculado a la música. Ya tocaba con Maestro Reverendo.

R Y tenía un grupo con 20 años, Paracelso. Ganamos dos veces el concurso Rock Villa de Madrid, que ahora celebra su 40 edición.

P Si volviese a tener 20 años, ¿se presentaría a «Operación triunfo»?

R No, no. No estoy en esa tesitura. Eso es para cantantes más dotados. No me veo haciendo eso, como tampoco veo a Iván Ferreiro o a Xoel López. Ellos tienen una visión muy personal de la música, y a mí también me pasa. No los veo cantando a Rihanna. No es su rollo.

P Después de estar toda la semana en «El intermedio», ¿aún le quedan fuerzas para salir de bolos?

R A mí la música me sirve de terapia total. En vez de tomar pastillas o ir a psicoterapia, yo tengo mi grupo. Yo llego el lunes nuevo. Me cambia totalmente el chip porque lo de la política es alucinante, satura y frustra.

P ¿También le frustra estar de lunes a jueves hablando de política?

R Pues sí, porque no son más que fechorías y fechorías, y la justicia no está a la altura. No quiere poner orden y aquí estamos. Hay casos que llevan diez años con los mismos protagonistas, que cada vez la lían más y nadie les para.

P ¿Alguna vez ha pensado en dejarlo?

R Pues sí. He tenido la tentación, y de hecho ya tengo 63 años y no creo que me quede mucho. Es un programa que quema. Llevamos más de 13 años, todos los días. Es mucho tiempo haciendo un programa diario.

P ¿Qué está sucediendo para que nos molesten los chistes? Por el de Dani Mateo con la bandera de España tuvo que pedir disculpas desde el programa.

R Pues que el margen de libertad se está restringiendo a pasos agigantados. Y luego, que la justicia está saliendo del armario en un sentido que a mí no me gusta nada, es decir, que asociaciones que son dudosamente constitucionales, pueden llevar a la gente ante los tribunales sin que se cuestione de dónde viene la acusación. La Fundación Francisco Franco o la Asociación de Amigos del Valle de los Caídos, que son asociaciones de extrema derecha que lo que hacen es ensalzar la figura del dictador, y que te pueden sentar en un banquillo. A mí nunca se me ha ocurrido llevarles a ellos al banquillo, pero desde luego, yo tendría más motivos. Ante estas cosas, los jueces antes decían: «Esto no tiene ni pies ni cabeza». Ahora las aceptan, aunque luego no van a ningún lado porque la denuncia no tiene recorrido, pero de alguna manera colaboran en acojonar a la gente. Yo he ido a dos juicios y a ninguno ha acudido el fiscal. Pero tienes que ir. Te cogen como cabeza de turco para que otros vean lo que les puede ocurrir si largan. Entonces, la gente se calla y todos contentos. Es un mensaje a navegantes.

P Y el fin de semana que no toca, ¿como se oxigena?

R Estoy en casa tranquilito, tengo siempre 6 o 7 libros en marcha. Y escribo, estudio. Cuando uno esta contrarreloj, ya te digo, tengo 62, ya tengo que aprovechar el tiempo y lo paso muy bien.

P Lo que para tocar es importantísimo.

R En este tipo de música no hay otra forma. O lo das todo o no funciona. El rock and roll no se puede tocar sentado. Hay que darle caña.

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