Paco Ureña reaparecerá en la próxima Feria de Fallas después de su grave percance en Albacete donde perdió la visión de su ojo izquierdo. «En ningún momento pensé en dejar de torear porque si hubiera tenido que abandonar mi profesión no solo se habría acabado el torero sino también la persona». Así lo anunció el torero de Murcia ayer por la mañana en el Salón Sorolla del Ateneo Mercantil acompañado de su cuadrilla donde se mostró agradecido, sincero y emocionado. Fue su primera aparición en público, después del accidente.

Ureña aseguró que ha elegido el coso de la capital valenciana porque es una feria en la que iba a estar por méritos propios después de ser el triunfador de la pasada Feria de Julio y «no por el hecho de perder la visión». El diestro también explicó que la personalidad torera de Ureña implicaba volver a los ruedos en una plaza de primera con un toro de primera categoría: «Con València tengo una comunicación especial porque ha sido una de las plazas más importantes de mi carrera».

Durante el acto, el espada murciano habló sobre su motivación para seguir toreando después del percance: «Aguanté porque nada me puede impedir sentirme torero. Recuerdo que cuando era pequeño le decía a mi madre que no quería ir a las excursiones porque tenía miedo de que me ocurriera algo que no me dejara torear». En ese sentido, el diestro explicó que «todos mis miedos radican en no poder seguir toreando pero, ahora, la vida me ha dado otra oportunidad y espero estar a la altura».

Ureña ha pasado etapas «muy duras» pero «no se me olvida la más traumática». Se refirió al momento en el que entró al hospital de Albacete y, antes de quitarse la taleguilla para ir a quirófano, tuvo que decirle a su madre y a su pareja que no iba a recuperar la visión. «Ahí se desmoronaron pero han afrontando el percance con mucha entereza y esa lección me ha hecho más fuerte», expuso. «Desde que el pitón me entró en el ojo fui consciente de que no recuperaría la visión», señaló el diestro.

Después de una primera intervención, Ureña se trasladó al Instituto Fernández-Vega de Oviedo para, de nuevo, operarse y reconstruir la parte delantera del ojo. El torero tiene pendiente una tercera operación, más de carácter estético, que ha dejado para octubre del año que viene.

El espada ha tomado esta decisión sin probar sus facultades delante de un toro en el campo. «No he toreado ni siquiera una becerra después del percance por el proceso de convalecencia del ojo pero los problemas de visión que tengo ya los estoy trabajando para suplir ese ángulo que me falta», dijo.

El coletudo también recordó el ejemplo que le ha supuesto Padilla porque «me ha ayudado a sobreponerme al dolor» y se despidió con determinación: «Mi lesión ocular no es ninguna excusa para no ser Paco Ureña».