El Ballet de la Ópera de Astaná debuta hoy en el Palau de les Arts con El lago de los cisnes, de Piotr Ilich Chaikovski. La dirección musical corre a cargo de Arman Urazgaliyev. El titular del teatro de ópera kazajo se pone por primera vez al frente de la Orquestra de la Comunitat Valenciana, que estará en el foso para las seis representaciones del espectáculo.

Altynai Asylmuratova presenta una nueva revisión de la mítica coreografía de Marius Petipa y Lev Ivanov. Primera bailarina del Mariinski y del British Royal Ballet, así como artista invitada en los principales teatros, la estrella kazaja es desde 2015 la directora artística de la compañía de baile. Su propuesta, según explica, incluye algunas variaciones, pero respeta la puesta en escena canónica del clásico.

El montaje de El lago de los cisnes que la Ópera de Astaná estrena en Les Arts cuenta, según Les Arts, con «reconocidos» profesionales de las artes escénicas como el escenógrafo Ezio Frigerio y la diseñadora de vestuario y ganadora de un Oscar de la Academia Franca Squarciapino. Vinicio Cheli (iluminación) y Sergio Metalli (proyecciones) completan el equipo creativo. Fundada en 2013 por el primer presidente de Kazajstán, Nursultan Nazarbayev, la joven compañía está formada íntegramente por bailarines de la república de Asia central. El cuerpo de danza, que mantiene vínculos con las principales escuelas de Rusia e Italia, cuenta con invitaciones de destacados teatros del panorama internacional.

Les Arts avanzó ayer que las localidades están agotadas salvo el cupo de venta reservado para cada día de función. La Sala Principal albergará un total de seis representaciones: hoy, mañana y los días 2, 3 y 4 de enero, junto con la sesión matinal programada para el día 5 de ese mismo mes.

El lago de los cisnes se estrenó en 1877 como un encargo del Teatro Bolshói de Moscú. Es el primero de los tres ballets que escribió Chaikovski y primer ballet de planteamiento sinfónico de raíz orquestal germánica e inspiración melódica francesa, en el que conviven el espíritu de Wagner, Delibes y Adam.

El lago de los cisnes sumerge al espectador en un cuento de hadas en el que confluyen los ideales del más puro romanticismo: fantasía, misterio, redención por amor y fatalidad. El libreto del ballet, de autor desconocido, toma su argumento del cuento alemán El velo robado, de Johann Karl August Musäus, enmarcado en la tradición de los hermanos Grimm. La historia narra un amor imposible entre el príncipe Sigfrido y Odette, una joven reina convertida en cisne junto a toda su corte por el hechizo del brujo Von Rothbar. La joven sólo puede recuperar su forma humana por la noche, y únicamente será liberada del maleficio por aquel que le prometa amor eterno.

Tras su estreno, El lago de los cisnes abrió el sendero al ballet imperial ruso. Paradójicamente, este título se convertiría en espectáculo patriótico durante el periodo soviético, en el que sirvió, incluso, para celebrar asuntos de estado como el funeral de Stalin.