En el imaginario de Nuria Riaza conviven mujeres sin rostro, flores secas y piedras que acompañan a unos 142.000 desaparecidos de la Guerra Civil. «Asesinados», puntualiza la artista. «Memoria de las piedras» se inaugura hoy en la galería Pepita Lumier de València. En esta muestra, la dibujante de 29 años reflexiona acerca de la ausencia y del papel femenino en la contienda española, una de las heridas más profundas de la memoria colectiva. «Cuando se habla de la mujer en la Guerra Civil siempre se recurre a las '13 rosas', pero existieron muchas otras mujeres. Algunas lucharon y otras se quedaron en casa sacando a la familia adelante», señala Riaza. «Memoria de las piedras» es un homenaje a estas mujeres, pero también una crítica a la historia que las ha borrado. Es por ello que en muchos de sus dibujos, los rostros de mujer son un «borrón». «Ellas no existen para la historia ni para nadie», apunta.
La muestra se compone de dibujos creados con bolígrafo, fotografías intervenidas con hilo y objetos personales de esta artista nacida en Almansa y afincada en València desde hace 10 años.
Riaza ha decidido hurgar en los archivos fotográficos de la guerra y en los álbumes de fotos familiares para reivindicar una «herida» que «pica a todos». «Todos tenemos algún familiar que se vio afectado por la contienda. La mayoría por estar enterrados en fosas comunes que ni siquiera se han abierto», comenta la artista. Una de las piezas de la exposición apela directamente a esta situación.
Sobre un mapa de España, Riaza ha señalado con una cruz amarilla las fosas comunes que quedan por abrir y con un punto las que se han abierto. El mapa es prácticamente amarillo, sobre todo en comunidades autónomas como Aragón o el País Vasco. De estas «equis amarillas» salen cordeles que derivan a varios dibujos de piedras. «Intentan simbolizar los minerales más representativos de las zonas donde están estas fosas. Al fin y al cabo, las piedras son las que acompañan a estos desaparecidos», explica. Riaza visitó el Museo Geominero de Madrid para identificar cada una de las piedras que luego dibujó para Pepita Lumier, las que dieron título a la muestra.
Otro de los rincones que destacan en la exposición es el reservado a los dos bisabuelos de la artista. Uno fallecido durante la Guerra Civil y el otro durante el desembarco de Annual (Marruecos), ambos están presentes en una de las paredes de la galería junto a objetos que pertenecieron a sus esposas: una caja de dulce de membrillo y un joyero. «Ellas fueron quienes tuvieron que encarar estas ausencias. Una de ellas no volvió a casarse y sacó adelante sola su familia. Mi otra bisabuela, en cambio, decidió casarse con un hombre casi desconocido para ella con tal de sobrevivir. Sufrió muchísimo», explica la joven.
En la exposición también hay un hueco para uno de los desaparecidos más famosos de la historia de España: Federico García Lorca. Junto a un retrato del escritor, se exhiben diversos dibujos inspirados en Así que pasen cinco años (1931), la obra teatral que ha alimentado la leyenda negra del granadino, pues cinco años después de escribirla fue asesinado.
Dibujos con tres Grammy
Los dibujos a bolígrafo y la costura cómo método de intervención artística son las señas de identidad de esta joven. De hecho, el nombre de Nuria Riaza es conocido más allá de los límites de la Comunitat Valenciana. Su técnica ha llamado la atención a creativos de varias marcas y medios (Oysho, Panenka, CNN...) e incluso a artistas de la talla de Jorge Drexler. Riaza diseñó el último disco del uruguayo, Salvavidas de hielo (2017), por el que recibió el Grammy Latino al Mejor álbum de cantautor en la última edición de los premios. Además, Riaza también ilustró el videoclip de «Telefonía», el tema que también se llevó el Grammy a la Mejor canción y Mejor grabación del año.
