El portazo que dio Nora Helmer a su casa de muñecas, cuando abandonó a su marido e hijos para empezar a ser ella misma, lleva retumbando desde hace más de un siglo. «Gracias a portazos como ese que seguimos dando las mujeres, los hombres reaccionan y cambian. Salvo otros como los que estamos viendo, que reaccionan con agresividad», señalaba ayer Aitana Sánchez-Gijón en el teatro Olympia, donde desde ayer y hasta el 20 de enero protagoniza La vuelta de Nora, una continuación de la obra maestra de Ibsen escrita en 2017 por Lucas Hnath.

Si Casa de Muñecas terminaba con un portazo que dejó a la heroína en el umbral de un futuro oscuro e indefinido, La vuelta de Nora -protagonizada también por Roberto Enríquez, María Isabel Díaz Lago y Elena Rivera, y dirigida por Andrés Lima- comienza con una llamada a la puerta y la aparición de la improbable heroína quince años después. Tras abandonar su casa, a su marido Torvald, a sus hijos y a su niñera, Nora vuelve convertida en una escritora feminista de éxito. Con un lenguaje contemporáneo, el guión de Hnath «explora el caos emocional resultante por la vuelta a casa de Nora», explicaba ayer su protagonista. «Las heridas siguen abiertas. La función es tan compleja como la vida. Nora es una heroína pero también una madre que abandonó a sus hijos, algo que para mí es difícil de comprender. Pero sí que entiendo que tenían una necesidad de dar ese portazo para demostrarle a sus hijos que no era una muñequita».

Por ello, Sánchez-Gijón reconocía ayer que La vuelta de Nora «es una obra evidentemente feminista. Pero no es un panfleto, no es Nora una heroína incuestionable y el hombre el malo. Hace una lectura muy interesante para los hombres que hoy en día se sienten un poco descolocados».

Así, si en la obra de Ibsen el personaje revolucionario fue el de Nora, en la de Hnath parece ser Torvald, su ex marido, el que se encara hacia un mundo nuevo. «Refleja que somos esclavos de un patrón social, un rol medieval de que los hombres tenemos que proteger y comportarnos como hombres -señalaba ayer ante los medios Roberto Enríquez-. La obra pone en solfa toda la figura del hombre, ese 'si no eres así eres menos hombre'».