Lloramos estos días la muerte repentina e inesperada de Andreu Aguilera, un gran profesional que deja en todos los que le conocimos el recuerdo imborrable de una persona excepcional.

Director de Imprentas de Prensa Ibérica, Andreu empezó desde abajo y, a base de trabajo, talento y honestidad, fue asumiendo cada vez mayores responsabilidades. Era alguien en quien se podía confiar.

Quiero que estas palabras sean de sentido reconocimiento a la memoria de un hombre cuyo buen hacer ha contribuido positivamente al desarrollo de esta empresa. Se nos ha ido un directivo querido y apreciado, una persona clave en nuestra organización.

Conocimos a Andreu cuando Prensa Ibérica adquirió Regió 7, donde era el director de Imprintsa, la empresa de artes gráficas del periódico. Su andadura en este periódico, donde ha desarrollado toda su carrera profesional, había comenzado, sin embargo, mucho antes, el 13 de octubre de 1982. El exdirector y fundador de Regió 7, Gonçal Mazcuñán, haciendo gala del buen criterio que siempre le ha caracterizado, lo fichó, cuando acababa de cumplir la mayoría de edad, para trabajar en la parte técnica. Andreu reunía grandes cualidades. A su amplio conocimiento técnico y a sus extraordinarias dotes ejecutivas, se sumaba su gran humanidad. Andreu evocaba lo mejor de los valores y principios de los profesionales de Prensa Ibérica: capacidad de sacrificio, espíritu de superación y entrega incondicional.

Además, era una persona vital que sentía e infundía optimismo. Ante las no pocas dificultades que en los últimos años ha atravesado la economía en general, y nuestra industria en particular, Andreu era capaz de exhibir el mismo entusiasmo y las mismas ganas de siempre. Era infatigable. Negociador nato que no se arredraba ante los complejos retos que enfrentaba y al que siempre ilusionaban los nuevos proyectos. Allá por donde ha pasado en Prensa Ibérica se ha hecho querer, ganándose el cariño y la admiración de todos los que lo conocieron.

Manresa, la ciudad donde nació y a la que siempre se sintió profundamente unido, pierde a alguien que, con su labor, ha dado brillo y prestigio al buen nombre de esta localidad.

Prensa Ibérica pierde a uno de sus mejores ejecutivos, cuya lealtad, entrega y dedicación fueron sobresalientes. Se nos va un valioso profesional pero, sobre todo, una gran persona y un amigo. A su compañera Teresa, a su hija Miranda, a su madre Antonia y a su hermano Josep expresamos, desde Prensa Ibérica, nuestro más cálido y sincero mensaje de condolencia ante el sentimiento de desconsuelo que arraiga en lo más hondo de nuestra existencia.

La pena que nos ahoga se hace mayor al conocer que veinticuatro horas después de la muerte de Andreu, falleció también su padre, Sebastián Aguilera. Afrontaba desde hacía tiempo la recta final de una larga enfermedad, pero esta circunstancia no mitiga el dolor por ambas pérdidas. Aunque tendremos oportunidad de recordar a Andreu y a su padre en el funeral conjunto que tendrá lugar hoy en nuestras instalaciones de Imprintsa, con estas letras los que somos y hacemos Prensa Ibérica queremos expresar a la familia nuestro más sincero pésame.

Descansen en paz Andreu y Sebastián.

Andreu, no te olvidaremos.