«Las marcas nunca mueren, muere el diseñador». Lo dijo el diseñador cordobés Elio Berhanyer, uno de los grandes nombres de la moda, que falleció ayer en Madrid, a los 89 años.

De padres y abuelos campesinos, su verdadero nombre es Elio Berenguer, pero cuando se fue de casa decidió cambiarse el apellido por el de Berhanyer, con el que recibió el Premio Nacional de Moda en 2011.

Con 17 años, Berhanyer, que nunca fue al colegio y que aprendió a leer y a escribir de forma autodidacta, se instaló en Madrid, donde empezó a trabajar como escaparatista en una peluquería y, después como creador de vestuario de teatro. Sus inicios en el mundo de la moda fueron relativamente tardíos, con 27 años. En 1960 abrió su propia casa de costura en Madrid y presentó su primera colección. Tres años después firmó su primer contrato en Nueva York.

Sus colecciones están marcadas por un sello personal de líneas austeras, elegancia serena y clásica modernidad, y han ilustrado las páginas de prestigiosas revistas de moda. Ha vestido a personalidades como la reina Sofía, la actriz Ava Gardner, la duquesa de Alba o la condesa de Romanones.

Creó los uniformes de la compañía aérea Iberia en cuatro ocasiones (1972, 1976, 1980 y 1983), una por encargo y las otras por concurso público. En Brasil recibió incluso el premio al mejor uniforme de líneas aéreas del mundo.

A finales de 2008 se presentó en el Museo del Traje la exposición «Elio Berhanyer. 50 años de moda», compuesta por un centenar de vestidos y en la que se hacía un repaso de su trayectoria. Es doctor «Honoris Causa» por la Universidad de Harvard (1974) y titular de una cátedra con su nombre.

El mundo de la moda lloró ayer la muerte del diseñador, a quien Ágatha Ruiz de la Prada calificó como «el grande entre los grandes». También Ion Fiz se refirió al maestro de la costura como «la modernidad de España; la transición entre la alta costura y el prêt à porter. Sus diseños han sido prendas formales, siempre elegantes, clásicos, con líneas austeras».

La capilla ardiente del diseñador se instaló ayer en el Museo del Traje.