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Las 'casulana' en paralelo

Las Artes en paralelo

palau de la música

Lleno absoluto en la Sala Rodrigo de un público heterogéneo (más no habitual), al que habría que indicar que no solo hay que apagar los móviles sino que no se debe aplaudir en los diferentes movimientos de las obras. ¿Por qué? Pues porque el compositor construyó su composición como un conjunto de 2, 3, 4 o más movimientos, y eso es sagrado y por tanto debe respetarse. También, un simple gesto de los artistas frenaría esa generosa muestra de agrado.

Hace casi 20 años que la compositora Ángeles López-Artiga vertebró esta serie de conciertos donde ha presentado todo tipo de palos musicales y siempre con enorme capacidad de convocatoria. Ella misma sintetizó en su presentación la trayectoria de este ciclo que siempre ha sido respetado por los diferentes equipos directivos del Palau. El programa fue englobado con el título «Entre la espada y el clavel» aludiendo, quiero pensar, al mito griego de Elektra. López-Artiga crea en Elektra una tensa atmósfera donde las cuerdas y el piano se respetan sin asediarse, con un tempo ajustado que se deja escuchar gracias a la destreza del Quinteto Casulana, en recuerdo de la primera mujer compositora, es un ensemble altamente profesional en el cual se percibe seguridad técnica junto a unos perfiles musicales determinantes para hacer música de cámara. Renata Casero defendió la exigente parte del piano (totalmente abierto) y sorprende gratamente el control de su juego técnico así como los múltiples matices de su sonido. El Quinteto de piano en sol menor, Op. 49, de Enrique Granados, es una obra amable donde todo fluye melódicamente y en el que aún no desvela al gran compositor de las Danzas para piano o de sus canciones. Los violines de Vidal y Pacucci, así como la viola de Parreño y el cello de Aguilera, empastaron y cantaron con habilidad, aprovechando, con precisión sus diferentes intervenciones.

Plato fuerte del programa fue el arreglo de David Ortolá de ese gran ballet de Manuel de Falla que es El amor brujo. Interpretado con entusiasmo desbordante por las chicas del Casulana, Ortolá maneja el conjunto con pericia llegando incluso a incorporar momentos de su propia autoría, una licencia posiblemente prescindible. Noche de muchos aplausos que animaron a las artistas a regalar un movimiento de un Quinteto del Padre Antonio Soler.

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